Por BELARMINIO RAMIREZ MORILLO
Le pido al liderazgo post caudillismo ilustrado: Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader que piensen un poco en el juicio de la historia.
Le pido al actual presidente de la República Luís Abinader y a los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina que cuiden sus pasos: «lo que hacen y lo que dicen, porque los líderes son recordados por el final».

El deterioro moral de la sociedad dominicana se debe en gran parte a que los líderes han optado por vivir ignorando que tienen un rol de protagonistas.
La vida social es una escena en el tiempo y los líderes son sus principales actores. Procuren, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader entrar a la historia como grandes. El propósito de grandeza histórica del liderazgo sirve de muro de contención a los integrantes de círculos íntimos y dirigentes que en la cotidiana avaricia por la riqueza material y el control del poder se comportan como depredadores del patrimonio público y devoradores de la moral y la ética.
Con sentido de historia
Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez actuaron con sentido de la historia. Los tres fueron temerosos del juicio de la historia y por eso serán siempre buenos referentes para sociedad moral y una política con principios y decencia.
La República Dominicana que dejaron Balaguer, Bosch y Peña Gómez no tenía las infraestructuras modernas, ni el Producto Interno Bruto de la República de hoy, pero tenía un activo moral y un ideal que casi por completo hemos perdido.

Entiendan Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader que ustedes son responsables de lo bueno y lo malo que ha sucedido desde 1996 hasta la fecha.
Entiendan que el legado no se reduce a obras físicas, programas, reformas y leyes, es también moral (de prácticas, comportamiento y conducta).
Mediten un poco sobre ¿Cómo quieren ser recordados? Lo que veo venir como estudioso del pensamiento y la conducta social es que a ustedes no les irá bien. Quizás algunos piensen que después de muertos lo que las gentes piensen y digan no importa, pero los líderes, cuando son grandes, asumen la misión de convertirse en un ideal que trascienda la vida del cuerpo.
Entiendan que alimenta la desafección el guion de mandar a sus colaboradores, funcionarios y exfuncionarios a los medios de comunicación a insistir en la retórica de que se vive o se vivía mejor en el gobierno de uno u otro, porque las gentes perciben que quienes les promueven y defienden «son los que se están sirviendo o se sirvieron con la cuchara grande».
Deterioro moral

El ciclo de liderazgo encarnan Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader ha traído desarrollo material a la República Dominicana, pero es responsable de un deterioro moral que deben admitir aún cuando les queda vidas.
El liderazgo post caudillismo ilustrado subestima la inteligencia de las gentes: «empoderan y mantienen en sus entornos o círculos íntimos a personas que por sus malas prácticas de vida la población decente repudia».
Le pido al liderazgo post caudillismo ilustrado que piensen en el juicio de la historia. Ustedes (Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader) han llevado a la partidocracia a una escena en que la condición social es que le da valor al dirigente: «para ser importante en los partidos e influyentes en sus entornos sólo hay que tener abundantes recursos económicos disponibles para la causa, sin importar cómo lo consiguieron, y esa no fue la enseñanza que ustedes recibieron de Balaguer, Bosch y Peña Gómez».
Un aporte grande pudiera hacer el liderazgo post caudillismo ilustrado, que ya casi termina, es dejar de apadrinar y proteger a los bandidos.
Ustedes: Leonel, Hipólito, Danilo y Abinader representan un ciclo de la historia que se cierra con la etiqueta de que lo único que importa es acumular riquezas materiales sin importar el ¿Cómo? Es hora de que depuren sus entornos como lecciones pedagógicas al pueblo dominicano de que por los menos desean que personas referentes morales sean que toquen sus féretros y pronuncien sus panegíricos.
El principal error que está cometiendo el liderazgo de estos tiempos y que pagará las consecuencias en el juicio de la historia, y no en el tribunal de la vida, porque se han asegurado muy bien de estar exentos de la justicia terrenal, es pisotear la moral.
¡Por Dios! hagan el esfuerzo de procurar en el cierre de sus carreras políticas cambiar la percepción tiene la mayoría de la población de que ha sido engañada.
jpm-am
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