Por DAYVI LOPEZ VARGAS
El Sr. Benito Antonio Martínez —quien nadie lo conoce por su nombre—, es una especie arrogante y engreído, casi un antisocial. Aquel «influencer» que luchaba por las «injusticias sociales», fue capaz de agredir a una de sus fanáticas en Casa de Campo, República Dominicana.
Este individuo, meses atrás, se fue a besos con un bailarín. Ese bailarín al instante les dijo a sus padres, que ese fue «un gran logro» en su carrera. El aliado incondicional de la comunidad LGBT, no quiso tener cerca a una bella mujer dominicana y, lo peor de todo, le destruyó su celular. El Sr. Martínez, debe respetar a las mujeres y hombres.
No vamos a tildar el acto como de violencia contra la mujer, sino de violencia contra un ciudadano, sin importar género, esto se trata de violencia. Este joven vino de muy abajo, y que conoció la pobreza —porque tenía que empacar en «funditas» en un supermercado—, oficio que lo hacía más digno y admirable, que a lo que hoy se dedica.
Este sujeto fue capaz de lograr abarrotar nuestro más grande estadio, aun la mayoría no entienda lo que dice o expresa; pero independientemente de eso, algún talento o virtud ellos entienden que posee. Debe la sociedad evaluar a quienes seguir. Su nombre artístico lo dice todo, «Conejo malo», y luego se quiere, sea bueno. La gente tiene el poder de hacerlos famosos, pero también, de hacerlos caer.
En nuestro país existen padres que critican que sus hijos sean rebeldes y les compran taquillas de este y otros sujetos. Una de sus canciones, dice: «yo sigo siendo el mismo, yo no he cambiao… siempre ando arrebatao… nunca voy a cambiar. A mí me gusta la calle…». ¿Se necesitan más pruebas?
No podemos vivir de máscaras. Desde el principio ha sido ensalzado, aupado, y dirigido por sectores que buscan la rebeldía social, romper los parámetros tradicionales. Este sujeto es de la misma escuela de la tal «Tokischa». Ambos son puntas de lanza para manipular y lavar los cerebros de los jóvenes. Al final la verdad se impone.
El pueblo dominicano y la gran corriente nacionalista, no deben permitir se maltraten sus ciudadanos, menos que extranjeros maltraten nuestros ciudadanos, tal vez o casi seguro, con mucho más virtudes que ellos. No y no se puede permitir. Aquí se debe respetar la ley, sea haitiano, boricua, chino, venezolano o de donde sea.
Concluiremos diciendo, que la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos debe tomar acciones para que no se vuelva a permitir maltratos en la gran nación del Caribe. Somos un pueblo digno y solidario, por lo que debemos prohibir todo concierto de este sujeto, eso hasta que no pida una excusa pública a la víctima, e incluso, al pueblo dominicano. Le recordamos al Sr. Martínez, que, por menos de ahí, hay hombres presos en nuestras cárceles.
jpm/am
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