lunes, 15 de diciembre de 2025

De modelo de avance a “cementerio de hombres vivos”

 


La penitenciaría fue construida con una inversión de RD$915,000.00 e inaugurada el 16 de agosto de 1952 por el régimen de Trujillo.

La Penitenciaría Nacional de La Victoria, inaugurada en 1952 como un símbolo de la “modernización” del régimen de Rafael Leónidas Trujillo, cierra sus puertas marcada por décadas de sobrepoblación, tragedias y corrupción, consolidando su reputación como el epítome de la crisis carcelaria dominicana.

Originalmente concebida como un centro de reclusión bajo estándares de la época, La Victoria mutó de una promesa de avance social a ser conocida, trágicamente, como un “cementerio de hombres vivos”, forzando su desmantelamiento y la transferencia de sus internos al nuevo Centro de Corrección y Rehabilitación Las Parras.

La penitenciaría fue construida con una inversión de RD$915,000.00 e inaugurada el 16 de agosto de 1952 por el régimen de Trujillo.

Su propósito era mostrar a organismos internacionales, especialmente a la Comisión de los Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), un supuesto cambio en la política de derechos humanos en el país.

Promovida ante la opinión pública como un “nuevo paso de avance en las conquistas sociales”, la realidad del penal se desvió drásticamente de su diseño.

La capacidad original de La Victoria fue brutalmente rebasada. A lo largo de los años, llegó a albergar cerca de 9,000 internos, superando sus 2,000 plazas por un margen extremo. Este hacinamiento catastrófico fue la raíz del deterioro inhumano:

Inaugurada el 16 de agosto de 1952 por el régimen de Trujillo.

Inaugurada el 16 de agosto de 1952 por el régimen de Trujillo.Listín Diario

deterioro físico 

Falta de higiene, deficiencia en los servicios básicos y condiciones insalubres.

VIOLENCIA Y AUTOGOBIERNO

La falta de control efectivo por parte de las autoridades generó un sistema informal de autogobierno corrupto, dando paso a mafias, extorsión y el tráfico de drogas y armas.

DESASTRES, TRAGEDIAS Y CORRUPCIÓN CRÓNICA

La historia de La Victoria está marcada por una cadena de crisis evitables, desatando el clamor constante de organismos de derechos humanos por su cierre.

focos de enfermedades 

El hacinamiento constante fue caldo de cultivo para brotes de salud. En 2011, un sospechoso brote de cólera obligó al aislamiento de reclusos, y en 2015 se reportó un brote diarreico masivo por agua contaminada.

La infraestructura era vulnerable a fenómenos naturales, requiriendo la evacuación de centenares de reos por inundaciones durante las tormentas Noel (2007) e Isaac (2012).

pandemia y motín 

La crisis del Covid-19 en 2020 causó la muerte de siete detenidos y la infección de cientos, lo que además desató un violento motín interno.

El evento más reciente y decisivo ocurrió el 19 de marzo de 2024, cuando un cortocircuito provocó un trágico incendio que dejó un saldo de 13 privados de libertad muertos y decenas de heridos. Este siniestro precipitó la decisión de acelerar el traslado de 1,800 reos y, finalmente, el cierre técnico de la penitenciaría.

epicentro de la corrupción 

La corrupción y la actividad criminal se incrustaron en todos los niveles. Denuncias públicas, como Roberto Santana, actual director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales, en 2022, indican que el jefe de seguridad del penal llegó a recibir hasta siete millones de pesos a la semana por permitir actividades prohibidas.

En los operativos de rutina, se “descubrían” rutinariamente grandes cantidades de armas, drogas, celulares y la operación de negocios informales como bancas de apuestas y colmados, evidenciando que el penal se había convertido en un centro de operaciones criminales dirigido desde su interior. Incluso se reportó en 2006 cómo agentes policiales y un coronel facilitaron la salida de un recluso para compartir tragos en una plaza comercial.

presos políticos 

A lo largo de su historia, especialmente durante la dictadura de Trujillo y regímenes de Balaguer, La Victoria se consolidó como un ícono de la represión política.

Por sus celdas pasaron figuras emblemáticas de la oposición, estudiantes y activistas, incluyendo a las hermanas Mirabal.

Miembros del Movimiento 14 de Junio, líderes como Rafael “Fafa” Taveras, quien estuvo recluido en tres ocasiones, una de ellas durante cinco años en condiciones de aislamiento extremo.

Taveras recuerda que pasó un período en solitario, desnudo, durmiendo en el suelo y con alimentación de muy mala calidad. Historias como la suya marcaron la reputación del penal.

También pasaron Manolo Tavárez Justo, José Israel Cuello, Sully Martínez Bonnelly, Eugenio Perdomo, René del Risco Bermúdez, Manolito Baquero, Leandro Guzmán, Platón Valdez, así como Roberto Santana.

Listin Diario

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