A
primera vista, Otha Anders se parecía a cualquier otro chico. Sin embargo, a puerta cerrada, tenía un pasatiempo extraño. Verás, Otha había estado recolectando centavos durante décadas. Luego, después de más de 40 años de ahorro, finalmente decidió entregarlos en su banco. Pero, ¿cuánto había ganado con su enorme botín?
¿Había un catalizador?
Es una historia fascinante. ¿Tendrías la fuerza de voluntad para ahorrar monedas durante tanto tiempo? No estamos seguros de poder hacerlo. Pero al mismo tiempo, también plantea algunas preguntas. Y quizás uno de los más grandes es este: ¿Qué hizo que Otha decidiera comenzar su asombrosa colección?
Coleccionar monedas
Bueno, Otha está en buena compañía, ya que coleccionar monedas no es nada nuevo. En la época romana, los académicos y los ricos juntaban reservas. Incluso se rumoreaba que el gran emperador Augusto estaba interesado. Por otra parte, ¡dudamos que alguno de ellos haya reunido un tesoro como el de Otha!
Tomando forma
De todos modos, tomó algún tiempo antes de que el hobby realmente comenzara a ganar fuerza entre el público. De hecho, tenemos que avanzar rápidamente hasta el siglo XIX para ver cómo toma forma. Y hay muchas personas que todavía están guardando su cambio hoy, como muestra el cuento de Otha. Sin embargo, ¿por qué la gente lo hace?
Un pasatiempo fácil de comenzar.
Bueno, a diferencia de ciertos pasatiempos, acumular monedas no podría ser más simple. No requiere mucho esfuerzo poner en marcha una colección; todo lo que necesita hacer es abrir su billetera. ¿Eso jugó un papel en la decisión de Otha de ahorrar sus centavos durante más de 40 años?
Historia, producción y valor.
También hay algunas personas a las que les encanta el aspecto histórico de coleccionar monedas. Otros lo usan como una forma de educarse sobre la forma en que se hace el efectivo. Y luego están aquellos que solo quieren usar monedas antiguas como ahorro para el futuro.
La Historia de Otha
Pero, ¿algo de eso explica por qué Otha se quedó con sus centavos? No exactamente. Sin embargo, soltó los frijoles cuando habló con USA Today sobre su colección en 2015. Y su razonamiento puede tomarlo con la guardia baja...
“Sé siempre agradecido”
Verá, después de que Otha tropezó con una moneda suelta hace más de cuatro décadas, algo hizo clic. Reveló: “Me convencí de que detectar un centavo perdido o caído era un incentivo adicional dado por Dios que me recordaba que siempre debía estar agradecido. Ha habido días en los que no oré, y la mayoría de las veces, un centavo perdido o caído aparecía para recordármelo”.
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