Alguien dijo una vez: "Cuando el último pez se haya pescado, el último árbol se haya cortado y el último rio se haya secado; es que el ser humano entendera que el dinero no se come".
Hago alución a esa frase, para poner de ejemplo a la gran sequia que padece el pueblo dominicano en estos momentos, la cual está provocando cuantiosos daños en la agricultura nacional, y ni hablar de la problemática de la distribución de agua potable.
Esto no son más que señales. La naturaleza nos está cobrando el daño irreversible que les estamos ocasionando, a traves de la tala indiscriminada de árboles, la desertificación de nuestras montañas y bosques, entre otros males.
Se estima que solo en la República Dominicana han muerto unos 600 ríos, cuyos causes, bañaban enormes cantidades de tierras fertiles para diversos cultivos agricolas, y alojaban en sus aguas, una gran variedad de especies y vida animal.
Hoy nuestro cielo se niega a llover y bendecirnos con sus lagrimas benditas. Hoy nuestros campos se niegan a producir ante la escases del tan preciado líquido, vital, para la vida humana, vegetal y animal.
Que esta sequia sirva de ejemplo para que dejemos a Loma Miranda en paz. Para que cuidemos los rios, las montañanas, los bosques, tierras agrarias y la naturaleza en sentido general.
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