domingo, 10 de febrero de 2019

Mi Narco favorito

Por: Elba Lucía López Peña
Se habla de tendencias en el partido de gobierno, descalificaciones al por mayor y detalle. Quieren convencer al votante que ¨ estas nimias obstinaciones¨, impedirán una votación justa, sensata y plural. Siempre he respetado la figura presidencial; pero con campañas de ¨descrédito¨ no se puede adecentar la política.

Convencida que este pataleo prematuro no tiene sentido; sigo percibiendo un pueblo que solo ansía despertar. Indiscutible, dosis de demencia que genera el poder desgastado con un liderazgo avieso.
En el afán de conquistar más adeptos los hace caer en desenfreno, éxtasis y catarsis sobredimensionando cada suceso. ¨Uno para todos¨ y ¨todos para uno¨ es el lema para arrebatar con una ¨nota alta las garantías de libertad¨.
Impugnaciones tratando de trancar el juego reeleccionista que no tiene marcha atrás. Visitar viejos aliados y hacedores de honor para informarse de travesuras pasadas da sospecha, con la infantil coincidencia de deudas pendientes con colores disímiles.
He caído en una especie de trauma momentáneo, por las perfidias que se manejan desde los estamentos del gobierno no importando régimen de consecuencias. Descuartizan un país anestesiando su historia, a sabiendas que la brecha entre ricos y pobres cada día se ensancha más. Aquí no está en juego solo el corrupto; sino los corruptores. Es un plan tétrico que amenaza con tener fuertes raíces.
¿Quién es más leal y?, ¿el que pide que le devuelvan su ¨aporte pecuniario¨; aun sin reputación, o el que sabe que el valor a pagar es la sumatoria de una deuda social abismal, producto de complicidades?. Una guerra campal, conflictos de intereses que se suman a la realidad insoslayable de un País que no aguanta más. Es un peaje eterno con reacción tardía matizada de blanco.
Todo comenzó un año cualquiera, se traslada un camión con ¨ con una cargamento de la cosa aquella¨, no llego al lugar pautado infringiendo la autoridad, con la complicidad del TUTUMPOTE de cuello blanco.
Se repetirá la historia tratando de aproximarse a volver de nuevo ¨ evadiendo la justicia¨. Si es el tío o el sobrino; no me incumbe. Si es Hipólito, Danilo o Leonel menos, este sistema esta enlodado de ¨dolo¨ desde tiempos inmemorables. Son años de estupro al estado que solo se resuelve con voluntad.
Estamos muy distraídos en la búsqueda de soluciones para el pueblo que demanda mejores condiciones de vida y servicios eficientes; acuñando un empréstito informal ¨endémico¨ que de nuevo rodea las arcas del Poder.
No quiero el mío; ¡Dios me libre!; aunque pensándolo bien, ser sub júdice de la justicia en este PATIO, en vez de agraviar es un vínculo al éxito.

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