sábado, 8 de septiembre de 2018

Artículo del Times estremece a Trump

Guarionex Rosa | ANALISTA POLÍTICO
Santo Domingo
“Yo no fui”, ha sido la frase clave entre el círculo íntimo del presidente Donald Trump para distanciarse de un artículo anónimo publicado el miércoles por el periódico The New York Times, y que discute el hecho de si todo escrito que llega a una redacción se debe publicar.

El ensayo anónimo ha revelado la existencia de una Casa Blanca revuelta, en la cual funcionarios de primer nivel del presidente Trump han sustraído documentos importantes de política nacional e internacional para evitar que el gobernante los firme y queden en vigor.
El “Yo no fui” puso en apuros a todos los que se lavaron las manos sobre las revelaciones, inclusive al vicepresidente Mike Pence, quien asumiría el puesto de Presidente en el caso de cualquier intento de remover al presidente Trump de su cargo.
La firma del vicepresidente negando su participación revelaría el grado de furor que la publicación del diario neoyorquino ha producido en el gobierno y en la opinión pública del país y el empeño de todos de ponerse a salvo mientras sabuesos buscan al autor del ensayo.
A Pence se le mencionó entre los posibles autores del artículo recordando que en múltiples ocasiones ha fijado posiciones distantes del presidente Trump y que, en general, ha mantenido un paso detrás del gobernante con quien no tiene que despachar a diario.
La Resistencia
El ensayo, autodenominado como La Resistencia, acusa al gobernante de ser responsable de decisiones imprudentes que han llevado a la Casa Blanca a un caos sin antecedentes. Se plantearía que altos funcionarios y asesores están enconados con Trump.

Lo que dice en algunas partes el ensayo, lo había anticipado el anterior asesor de publicidad del presidente, Michael Wolff, en su libro Fuego y Furia, un bestseller publicado en febrero pasado y que pinta una imagen deteriorada de los manejos en la Casa Blanca.
En el actual artículo no escapa casi nadie. Por ello las miradas de los adivinadores han llegado hasta Ivanka, la hija del presidente y su ambicioso marido, Jared Kurshner. Wolf habla de Steve Bannon, una especie de Rasputín que batalló por su poder hasta que fue despedido.
Bannon describía al Presidente, según el libro de Wolff como “un macho alfa”, un hombre de los años cincuenta, un integrante del Rat Pack (Pandilla de Ratas), un personaje sacado de la serie de televisión Mad Men.
Si en su momento el libro de Wolff causó enorme enojo en Trump y conmoción en la Casa Blanca, el ensayo del Times ha sido algo mucho peor, sobre todo porque la semana que viene se publicará “Feard” (Miedo), escrito por Bob Woodward, el del caso Watergate.
Trump llamó al periodista Woodward al parecer enterado de la gravedad de las anotaciones de su libro por salir. Eso fue luego de que al parecer se negara a responder las llamadas que hizo el escritor para conseguir su opinión sobre lo que venía.
Quizá fuera un error más que el Presidente llamara a Woodward, algo que no hizo ni el presidente Nixon durante el escándalo de Watergate en 1972, que culminó con su humillante renuncia en 1974, tras una larga investigación y un “impechment” del Congreso.
Lo de Watergate comenzó con la detención de cinco merodeadores en el complejo de apartamentos de lujo del mismo nombre en Washington, D.C. quienes husmeaban en las oficinas del Partido Demócrata. La trama, develada por The Washington Post, apuntó a un complot.
Woodward y Carl Bernstein, dos afamados reporteros del periódico washingtoniano, obtuvieron las revelaciones de una fuente impecable de la Casa Blanca, a la cual se le llamó “garganta profunda”, y la que se mantuvo en el “Clóset” hasta después de la muerte de Nixon.
El ensayo publicado el miércoles por el Times es ahora reconocido como una especie de “garganta profunda” redivivo en circunstancias mucho peores que las de 1972-1974 debido al descrédito de Trump y a las cercanías de la elección de medio término en noviembre.
Un tema de conciencia
Para muchos periodistas y gente de la opinión pública en sentido general, el ensayo anónimo publicado por el Times es un asunto de conciencia periodística y de discusión hasta de qué punto un medio puede confiar en la veracidad de informes de ese tipo y divulgarlos.

El periódico, un crítico editorial de la gestión de casi 18 meses del presidente Tump, se ha mantenido en respaldo a la publicación de Woodward, quien antes escribió “The Agenda”, un relato detallado en 1994 de 18 meses del gobierno de Bill Clinton.
Para la época, por lo que no lo pudo recoger en su obra, no se había producido el escándalo de Clinton y la pasante Monica Lewinsky, con quien admitió que había tenido “relaciones inapropiadas”. Clinton sorteó a duras penas la situación de llegar a impeachment.
Ceder las páginas del periódico para la publicación de un anónimo, una figura que ha perdido su crédito con el empuje de las redes sociales que han vulgarizado la opinión pública, en el sentido de su capacidad para que cualquiera opine, podría tener sus consecuencias.
El Times no complacerá al presidente Trump de que revele quién escribió el ensayo anónimo y mucho menos lo entregará al gobierno como pidió el asediado gobernante el pasado jueves durante un acto de campaña electoral en Billings, Montana.
Trump ha reconocido por primera vez el significado de la expresión “impeachment” en su contra tras escuchar repetidos rumores de que el Congreso debería imponer la enmienda 25 que se aplica cuando un jefe de Estado es incapaz de desempeñar el puesto.
El Presidente ha caído en medio de un fuego cruzado de amigos y enemigos, que incluye el ensayo del Times, el libro de Woodward y el desánimo que causó en todo el país el manejo de los funerales del exsenador y héroe de guerra, John McCain, adversario del gobernante.
Ayer Trump urgió al fiscal general Jeff Sessions a investigar quién publicó de manera anónima el ensayo en el Times y también la relación del periódico con el caso. El fiscal ha estado en la mira del Presidente, con un pie afuera del gobierno, por lo que su anticipada renuncia le evitaría confrontar al medio, protegido por la enmienda Primera de la Constitución que ampara la libertad de expresión y de prensa.
En unas 48 horas cargadas de noticias de último minuto, el expresidente, Barack Obama salió de su concha y lanzó una filípica contra el Presidente y lo que está pasando e invitó a los electores a sufragar en noviembre. Poco tardó Trump en responder con ironía.

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