Por Mariela Mejía
La primera y última vez que el Gobierno asfaltó la carretera Joba Arriba-Los Ramones, en la provincia Espaillat, fue en los 12 años de Joaquín Balaguer.
Las lluvias han deteriorado la vía, y hoy es un camino vecinal por donde se transporta la producción de cacao y café, a expensas de que ocurran nuevas volcaduras, accidentes y muertes.
“Sólo le han hecho algunos arreglos que, inmediatamente llueve, el agua corre por en medio del camino y de una vez se daña, entonces el trabajo que realiza el Ayuntamiento es en balde, ya que este camino necesita ser asfaltado para que permanezca todo el tiempo”, explica Maritza Gil, representante de la comunidad.
Estima que el arreglo de la carretera conlleva entre 8 y 10 kilómetros, e impactaría a La Veredita, La Vereda, Majagual, Jagua Clara y Los Ramones.
Además, motivaría la llegada de clientes a comprar vino de cacao y chocolate, elaborados artesanalmente por el Grupo de Mujeres Productoras de Chocolate. Estas trabajan en un proyecto promovido por el Estado de Agroindustrialización y Comercialización del Cacao, y el local está a orillas de la carretera en mal estado.
“Esta es una comunidad muy productiva, los moradores son personas muy laboriosas. Los estudiantes que van al liceo de Joba Arriba, cada vez que llueve no pueden asistir, porque el camino no les permite que vayan. Han ocurrido varios accidentes, hay estudiantes que ha habido que internarlos, con pies rotos, porque el camino está intransitable”, dice Maritza Gil.
Indica que la vía asfaltada permitiría el acceso más rápido desde San Francisco de Macorís a la playa de Gaspar Hernández.
“También se puede implementar el turismo de montaña –agrega-, porque hay una zona bastante alta, que se llama Majagual, desde donde se observa la playa completa, y el ambiente y el clima son muy agradables, pero por el camino, la gente está dejando las comunidades para trasladarse a la civilización”.
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