viernes, 4 de octubre de 2013

Loma Miranda entre la tormenta y la calma

Por Mauricio Toribio

Desde los primeros años inmigración pacífica hacia nuestra isla por los primeros aborígenes de las costas de América del sur, la intención de búsquedas de materiales preciosos no despertaba ningún  tipo de ansiedad, de opresión, de saqueos o engaños.
Parece ser que el modus vivendi de aquellos antiguos habitantes, el contacto con la naturaleza y con ello la presencia de ciertos recursos como los minerales preciosos solo alcazaba la intensión  del gozo o disfrute de colgarlo en su cuello o el adorno de ciertas figuras mitológicas de aquella época.

Sin embargo el advenimiento de una nueva raza con antiguas costumbres, ambiciones y mezquindades; degeneró en el abuso de explotación, de saqueos de nuestros minerales, específicamente  del oro, una de las causas directa del exterminio de nuestros indios protagonizada por potencias como España, Portugal, Francia, Inglaterra, entre otras.
Sin embargo hoy varios siglos después la explotación de nuestros recursos no ha parado ni de forma ni de fondo, ya que las nuevas potencias económicas como Estados Unidos y Canadá, siguen exportando compañías exploradoras para escavar en nuestro territorio y la posterior extracción de nuestras riquezas, cuyos beneficios es pírrico para el bienestar de nuestro pueblo ya que en el fondo lo que continua es la generación de pobreza, de explotación y de contaminación de nuestros recursos naturales.
Provocando de tal manera, la muerte súbita de nuestros recursos hidráulicos, especies vegetales, el exterminio y migración de aves endémicas y lo peor, guardando la distancia en el tiempo, que nuestros obreros mueran producto de la falta de atenciones adecuadas al igual que como morían nuestros aborígenes por la explotación y el exceso de trabajo.
Hoy no debiéramos estar discutiendo ni tener sobre la mesa el tema de Loma Miranda, porque solo en un país como el nuestro todavía se conservan algunas secuelas de dudas de que si se explota o no dicha reserva y la no existencia de una determinación radical  que le lleve la paz, la armonía al pueblo dominicano.
¿O es que existen los ignominiosos, los cazadores de oportunidades o las posibles prebendas que les haga pensar y venderle el sueño a Facondo Xstrata Nickel o Falcombridge de que todavía es posible dicha explotación?
¿Todavía se duda de la identidad del pueblo dominicano frente a la presencia de un problema con consecuencia nacional?
Las respuestas la dado el pueblo dominicano y la sentencia definitiva con un NO rotundo, la cámara de diputados con la declaración de Loma Miranda como Parque Nacional, al que esperamos que la cámara del senado adopte similar medidas.  
Estamos preparados. Seguiremos despiertos.  Nuestra lucha del bien combatirá a la del mal.  Es una sola fuerza, una voz, un grito enérgico y firme de que Loma Miranda es y seguirá siendo una reserva, un pulmón y lo más importante un orgullo nuestro dado por la naturaleza para todos los dominicanos y dominicanas de hoy y del mañana.

Con actos así en donde se legisle sin sectarismo, en beneficio de todos; es que se hace patria y se avanza hacia un mejor futuro.

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