Por Edward García
¿Cuál es la causa de esa concentración floral?, ya sea
divina, ahí se hospedara Mon Cáceres. En toda la ciudad de Santo Domingo no ha
quedado una sola flor en su propia planta así lo afirma el único diario de la
época. Cuando Mon llega a la casa del viejo amigo, después de haber acompañado
al presidente Vásquez hasta su hospedaje de la calle Santo Tomas (o del
arquillo) No.16, una vez terminadas las ceremonias del día, se queda asombrado
ante la cantidad de floridos ramilletes y de coronas de laurel que le da
delicado mucha gente.
Agradecida de los diferentes sectores sociales. Está
verdaderamente abrumado, por mi con
homenajes ni su investidura le hacen cambiar su natural sencillez y jovialidad.
Los miembros y amigos de la familia Alfonseca esperaban encontrarse con un
hombre más o menos poseído por la idea de su importancia, pero lo que ven es un
muchacho grande que no conoce el envanecimiento, ríe de cualquier cosa y busca
el contacto con los niños y adolecentes sin permitir que se te dispense ningún
trato especial después de cena en el balcón corrido de la casa del hospedante,
llega hasta sus oídos la música del concierto (“la retreta”), según el
vocabulario local que la banda militar dedica a los héroes del 26 de julio, con
numerosa y animada concurrencia en la vecina plaza de Colon.
A la mañana
siguiente se viste Mon con su mejor ropa y se dirige a pie al cercano Palacio Nacional
para tomar posesión de un despacho que no apetece y que esta dispuesto a dejar
en pocos días. El no acabó con Lilis para ser gobernante. Eso no estaba en sus
proyectos, lo hizo para dar término a un régimen criminal que martirizaba a los
dominicanos.
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