Por Mauricio Toribio


La informalidad estuvo presente para dar cabida al relax, y
votar el stress luego de pasar todo un año tras consultorios, consultas, estudios,
atenciones y servicios al cliente y todas esas cosas que el día a día pone en
mano de los galenos y profesionales que laboran en IEM para beneficiar a toda
una población de buenos mocanos que acude a dicho recinto en busca de salud.
Tampoco faltaron las palabras emotivas y de agradecimiento
por la buena labor realizada por todo el personal y la satisfacción del deber
cumplido para con el pueblo que ha confiado plenamente en ellos en este año
que pronto finaliza, y mucho menos los buenos deseos para todos allí
presentes, sus familiares y el pueblo dominicano.
Entre risas, besos y abrazos en cada entrega de regalo, la
fiesta culminó sin el menor de los inconvenientes, solo dejando atrás el anhelo de poder prolongar el tiempo para gozarse en una noche; todas las
emociones y alegrías que sus compromisos
con la salud del pueblo de Moca les impiden durante el año, pero que el amor, la entrega y el
fiel cumplimiento a la ética profesional los hace disfrutarlas de otras formas más
gratificante cada vez que logran devolverle la salud a un enfermo.
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