Algunos pensadores e intelectuales de derecha en latinoamérica apoyaron, sirvieron y en el mejor de los casos justificaron el orden autoritario y de terror en sus respectivos países mencionados como "patios traseros" de los Estados Unidos.
Consideraron apropiado por el contexto histórico del momento que el autoritarismo con respaldo del imperio eran los únicos garantes de la estabilidad frente a la "amenaza" comunista durante la Guerra Fría. Ya que, decir comunista en esos tiempos era sinónimo de anarquista.
Todos sabemos que los Estados Unidos a través del inefable Henry Kissinger fue quien financió y apoyó golpes de estados y sangrientas dictaduras en sus "patios traseros" como el de Pinochet en Chile, y regímenes en Argentina y Uruguay. Todo en nombre de buscar contener el comunismo.
Rep Dom no fue la excepción, pues uno de los más influyentes intelectuales del siglo XX en latinoamérica sirvió al régimen de Rafael Leónidas durante las tres décadas de su férrea dictadura y, luego serviría a los Estados Unidos en procura de contrarrestar el comunismo en República Dominicana.
Hablamos del Dr. Joaquín Balaguer, hombre de entera confianza y un fiel colaborador del ex dictador, Rafael Leónidas Trujillo.
El Dr. Balaguer ocupó altos cargos como: embajador, ministro... redactando discursos y consolidando el aparato estatal para el dictador. Para luego, tras su asesinato, presentarse como el líder que traería orden en la República Dominicana, ganando la presidencia en 1966 y estableciendo sus propios gobiernos autoritarios.
Balaguer apoyó a Trujillo incluso antes de instalarse la dictadura, ya que una vez tomada la fortaleza San Luis, en Stgo, para derrocar al presidente Horacio Vasquez, entró un joven portando un fusil Mauser Mosquetón, ese joven era el Dr. Joaquín Balaguer.
El joven Balaguer había sido traído por Trujillo a residir en un bungalo de la mansión, pues la esposa de Trujillo era en esa época doña Bienvenida Ricardo, pariente cercano de Balaguer. Ahí empezó todo, le serviría como orientador intelectual y redactor de documentos.
Luego el satrapa alcanza el poder (1930). Dicen que cuando le informaron de su triunfo electoral, Trujillo se dejó caer sobre la cama y con los ojos mirando fijamente al techo, perdido en un éxtasis de ensoñación, dijo cuál si fuera para si, con palabra de incredulidad: "Dizque yo presidente". Y estalló en una sonora carcajada, cómo quién se ríe de la jugada extraña del destino, que le permitia llegar al poder a los 38 años de edad, a pesar de tantas resistencias sociales y políticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario