lunes, 1 de diciembre de 2025

El día que Ulises Hereaux mató dos generales en SPM

 


El día que Ulises Hereaux mató dos generales en SPM

General Ramón Castillo, otra víctima Hatomayorense (1896)

El Lunes Santo del 30 de marzo de 1896 quedó grabado en la historia oriental de la República Dominicana como el día de una doble y sangrienta ejecución, un acto que retrata de cuerpo entero los escrúpulos del dictador de turno, el General y Presidente Ulises Heureaux, conocido como Lilís

Las víctimas fueron dos figuras prominentes del Este: el General Ramón Castillo y el General José Estay.

El origen de un general hatomayorense,  Ramón Castillo, que a pesar de su posterior arraigo en San Pedro de Macorís, era oriundo de Hato Mayor

Siendo apenas un niño, su madre, Calixta Castillo, se trasladó con él a residir en San Pedro de Macorís. Su primer contacto con el mundo laboral y de la vida fue a través de la marinería, realizando el servicio de cabotaje entre Macorís y Santo Domingo. 

Fue en esta dura labor que adquirió la habilidad de leer y escribir.

Su carrera militar despegó bajo la sombra del General Cesáreo Guillermo. Ya en 1878, Castillo era un militar destacado y valeroso. 

Demostró su fidelidad y coraje al secundar a Guillermo en la memorable Batalla de la Pomarrosa, donde las fuerzas del baecismo fueron derrotadas ferozmente, sepultando para siempre esa corriente política.

​"En lo adelante, no habría en toda la región oriental movimiento de guerra para el cual no se tuviese en cuenta al prestigioso y denodado General Ramón Castillo."

Tras la capitulación de Buenaventura Báez en febrero, y con la Capital ocupada, Castillo fue ascendido a Comandante de Armas de la plaza de Santo Domingo, para luego ser designado Jefe Comunal de San Pedro de Macorís.

​El juego de la lealtad y la traición

La relación de Castillo con sus mentores políticos fue compleja. En 1881, mientras Cesáreo Guillermo organizaba una expedición de guerra desde Puerto Rico, Castillo se comunicó con su amigo, ofreciéndole inicialmente sus servicios. 

Sin embargo, en un giro pragmático y político, sopesó las posibilidades de triunfo y decidió mantenerse leal al Gobierno de Lilís, comprendiendo que sus intereses estarían mejor garantizados de esa parte.

Este hombre de acción dirigió el victorioso Asalto del Cabao (loma limítrofe entre El Seibo e Higüey), una acción donde el propio Lilís fue puesto fuera de combate por una bala en el cuello.

Este triunfo coadyuvó a la elevación de San Pedro de Macorís a la categoría de Distrito Marítimo (Provincia) el 10 de septiembre de 1882, durante la presidencia de Meriño. Castillo fue nombrado su primer Gobernador.

Con la gobernación, su prestigio se disparó. Dueño de propiedades y posesiones agrícolas, su influencia se extendió por toda la zona gracias a los muchos agricultores que explotaban sus tierras y con quienes mantenía lazos de compadrazgo. 

Esto le ganó simpatías, pero también la profunda desconfianza y temor del dictador Lilís, quien sabía que: "Si Castillo se levantaba contra el Gobierno, daria trabajo someterlo y costaría mucha sangre".

La trama del tirano contra Castillo y Estay estaba por consumarse, y para neutralizar el poder de Castillo, Lilís encontró un peón adecuado: José Estay. 

Estay, natural de la Isla de Saint Thomas, había sido traído a la República de niño. Se asentó en el Este, en la Boca del Soco, en Macorís. Demostró su valentía al enfrentar una columna militar procedente de El Seibo, logrando dar muerte al General Agapito Benítez, jefe expedicionario.

Estay era, además, un terrateniente con propiedades en Hato Mayor, siendo dueño de terrenos en Sabana Grande.

​Lilís maniobró para colocar a Estay, en ascenso político-social, en un conflicto personal con Castillo. 

La enemistad entre ambos generales escaló hasta situaciones desesperantes para la sociedad macorisana en 1896. 

Un incidente crítico fue la muerte de una niña por un disparo que iba dirigido al propio Ramón Castillo, siendo este el segundo intento de asesinato documentado en medio de otros altercados.

La recepción y el engaño de Lilís, tras el incidente, Estay fue llevado a la Capital para ser procesado. El General Castillo, sin embargo, no creía en el hecho. 

Lilís, maquinando su trampa, tuvo que rogar por la presencia de Ramón. Castillo, desconfiado, finalmente se presentó, pero con una escolta de 30 hombres.

El Presidente fingió sorpresa ante tal desconfianza y procedió a embriagar y sobornar con atenciones a los acólitos del General. 

Cuando Castillo llegó, el tirano puso en escena una farsa magistral.

"Lilis, fascinado con su propia farsa lo recibió en la Fortaleza Ozama y le hizo rendir por las tropas los honores correspondientes. Cuando Castillo descendió del caballo, el dictador lo estrechó tiernamente en sus brazos."

Castillo, con sus temores disipados, se adentró en el despacho del Comandante de la Plaza, confiado en el abrazo de Heureaux. 

Allí, inmediatamente, fue despojado de sus armas por los "sabuesos de la dictadura". Conducido a El Algibe, fue colgado de grillos y sometido a las vejaciones típicas de los prisioneros políticos.

"Dos Palomas de un Tiro"

A los pocos días, a bordo del vapor Independemcia, Heureaux viajó a San Pedro de Macorís con los dos prisioneros. 

A Estay se le condujo con "finas atenciones", y Lilís le otorgó la satisfacción de dirigir el pelotón de fusilamiento contra su archienemigo, el General Ramón Castillo.

En aquella madrugada trágica, José Estay pronunció el fatídico:

"Apunten... Fuego", contra Castillo.

Una vez caído Castillo, Estay, visiblemente jubiloso, se acercó a Lilís para expresarle su gratitud. 

El dictador sonrió, y le puso la mano izquierda (la que solía usar por tener la derecha mutilada) sobre el hombro para decirle la frase que sellaría su destino:

"Ahora le toca a usted, compadre. Quítese las sortijas y envíelas con sus últimas voluntades a su familia. 

Esto le ocurre por haber olvidado mi consejo. "Negro que aprende latín, tiene mal fin."

Así, Lilís cumplió su plan de matar "dos palomas de un tiro", eliminando a las dos figuras militares que consideraba más peligrosas en la región oriental.

​El Escarmiento Público

El sorpresivo acontecimiento fue difundido inmediatamente por todo el país mediante un escalofriante parte telegráfico enviado por el Presidente Heureaux:

"Ministro Interior.-Capital. Como ejemplo de moralidad política y para escarmiento de asesinos y traidores, han sido pasados por las armas los Generales Ramón Castillo, Ministro de Guerra, y José Estay, Gobernador Civil de San Pedro de Macorís. Comuníquelo dependencia. Presidente Heureaux."

Ramón Castillo, el hombre que compartió su infancia con Cesáreo Guillermo y visitaba el Hato La Rodada, y que terminó traicionando a su amigo por Lilís, pagó un alto precio. 

Su madre, doña Calixta Castillo, quien luego se casó con un Rondón y vivió en Guayabo Dulce (donde había nacido), no pudo evitar el destino de su hijo. El tirano no perdonó ni siquiera ser su compadre de sacramento.

Ramón Castillo fue un hombre "muy querido y de corazón humilde". Tuvo dos hermanos que también participaron en la vida militar y política: el General Norberto Castillo, Comandante de Armas de Hato Mayor en varias ocasiones, y el Coronel Bernardino Rondón, quien también fue asesinado en 1906.

Fuente…

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