Mauricio Toribio: Para mi gran amigo Antonio Utate
“El corazón de un gran hombre ha dejado de latir”
El corazón de un gran hombre ha dejado de latir, pero su legado permanece vivo en cada enseñanza, en cada palabra y en cada vida que tocó. Hoy recordamos con profundo respeto y gratitud al profesor Antonio Utate, quien partió dejando una huella imborrable de humildad, trabajo incansable y entrega absoluta a la educación.
Hizo a un lado su bienestar físico y económico para dedicarse de lleno a sus firmes creencias, convencido de que la educación es el camino más noble para la transformación del ser humano. Creyó, con profunda fe, que a través de ella nacerían mejores familias y, en consecuencia, una sociedad más justa y consciente.
Profesor, maestro de maestros, catedrático universitario, escritor y poeta, fue ante todo un ser humano que vivió para enseñar. Así lo recuerdo yo, quien tuvo el privilegio de disfrutar de su grata compañía y de aprender de sus sabias enseñanzas, siempre compartidas con sencillez y generosidad.
Hoy su ausencia duele, pero su ejemplo perdura. Que Dios lo tenga en su santa gloria, y que su vida siga inspirando a quienes creemos en la educación como motor de cambio y esperanza.

No hay comentarios:
Publicar un comentario