En los últimos años la proliferación de canales de televisión, emisoras plataformas digitales y otros recursos que permiten abrir el abanico de la comunicación a todos los espacios de la sociedad, los ciudadanos ocupados, los hombres y mujeres de trabajo, han sido sometidos al peor de los riesgos morales y de reputación por inconscientes e inescrupulosos pseudos comunicadores, cuyo objetivo ulterior es, por lo general, dañar.
Todo el que no tiene nada que hacer, fracasado en su ejercicio o sin probabilidades de nombradía en base a capacidad y sacrificio, busca la forma de obtener una plataforma que le permita promoverse, pero al mismo tiempo chantajear, dañar honras, crear falsas verdades y, sobre todo, procurar ganancias económicas basadas en extorsión.
República Dominicana es el único país donde cualquiera falta el respeto al Presidente de la República sin consecuencias, a funcionarios, empresarios, emprendedores y profesionales que han alcanzado mérito a base de sacrificio y de total entrega a su ejercicio, por los llamados comunicadores que de comunicar no saben nada.
Utilizan los medios que pagan, porque la comunicación con el nacer del siglo se convirtió en un negocio, el periodismo comenzó a perder su esencia y cualquiera que le falta el respeto al micrófono se llama comunicador en un franco irrespeto a una ciencia tan hermosa del conjunto de las humanidades.
Un comunicador es una persona culta, dueño de amplio y rico léxico, con valores éticos y morales por encima del promedio, con apego verdadero a la deontología, no cualquier “boca de burro” que usa un medio para decir tonterías, dañar reputación y hacer riqueza en base a la extorción y el chantaje.
Retomar el control de los medios, investigar a los falsos apóstoles del periodismo y la comunicación como ciencia, ha de ser una tarea de persecución de oficio, para poner fin al relajo de las llamadas redes sociales (Fakes News).
La Ley es para todos y quien cause voluntariamente un daño a otro, debe pagar por sus hechos. Aunque la venda de la Justicia está rota, el cristal de la conciencia está presente. No al chantaje, caiga quien caiga y respeto a los verdaderos profesionales del ejercicio. ¡Basta ya!
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