Mauricio Toribio
12/07/2025
TODO PASA
Una vez anduve descalzo,
caminando bajo la sombra de la esperanza,
el suelo ardía con dudas
y el cielo parecía lejos, sin balanza.
Hoy, con los pies cansados,
marcados por cicatrices de dolor,
puedo al fin sentarme en calma,
dejando atrás días de angustias, llantos y temor.
Aprendí que las quejas no
curan,
que el lamento no allana el sendero,
que avanzar, aunque duela,
es el único paso sincero.
Para muchos, tal vez, no
sea gran cosa
lo que logré en esta jornada intensa,
pero conozco el peso de mi esfuerzo,
y en él encuentro mi recompensa.
Porque todo pasa, como el
viento,
como la noche que da paso al día,
y al mirar atrás, sin resentimiento,
descanso mis pies… y sonríe el alma mía.
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