“Un día era editor de una revista de moda. Al otro, era un vegetal encerrado en mi cuerpo. Pero mi mente… seguía viva.” 🧠💔
Tenía 43 años cuando un infarto cerebral me robó todo. No podía moverme, ni hablar, ni tragar. Solo podía parpadear con el ojo izquierdo. Eso era todo. Los médicos le pusieron nombre: “síndrome de enclaustramiento”. Y ahí estaba yo, atrapado dentro de mí mismo, como un prisionero en su propia piel. Cada segundo era una tortura psicológica. A veces rogaba por no despertar. Pero despertaba. Y seguía allí. 👁️🛌
Me negaba a morir sin decir lo que pensaba. Así que junto a una mujer que recitaba el abecedario letra por letra, comencé a dictar un libro. Cada palabra la elegía parpadeando una vez. Miles de parpadeos… una frase. Días enteros… un párrafo. Pero era mi voz. Era mi forma de decirle al mundo: “Estoy aquí. No me rindo”. ✍️📘
Así nació La escafandra y la mariposa. No es solo mi historia. Es la prueba de que, incluso cuando tu cuerpo te traiciona, tu espíritu puede volar. La vida me inmovilizó, pero yo elegí escribir. Elegí gritar con los ojos lo que mi boca no podía decir. Porque lo único que no me pudieron quitar… fue mi voluntad. 🦋📖
“Cuando todo lo que te queda es un parpadeo, usas ese parpadeo como un grito. Porque mientras puedas pensar, puedes resistir.” 💭⚡️
– Jean-Dominique Bauby
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