lunes, 14 de octubre de 2024

Ola de reformas: recordar doloroso baño de sangre de 1984

 Como el Gobierno del presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha decidido contra viento y marea impulsar una ola de reformas institucionales bajo el argumento de que son impostergables y necesarias para el país, estoy en el deber como ciudadano de hacer algunas precisiones.

Lo primero que quiero plantear y preguntar a los actores nacionales que están involucrados en la formulación y presentación de ese paquete de reformas que todos conocemos, es si es verdaderamente cierto que ellos junto al presidente Luis Abinader están motivados por la necesidad impostergable de impulsar esas reformas o es por la presión de organismos financieros internacionales que prácticamente los obliga.

Y que no me vengan con el relato politiquero y demagogo de que este es un país soberano que nadie puede imponer agendas de ninguna índole, porque aquí todos sabemos que eso no es verdad, aquí no se mueve un dedo, ni se toman decisiones cruciales sino tienen la bendición del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Pido la explicación, porque he recibió la información de que el Estado dominicano se ha montado en un cómodo asiento de la nueva ola de reforma, fundamentalmente, la impositiva o fiscal por mandato, sugerencia o recomendación de entidades financieras como el Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y no por lo necesario de la citada reforma.

Para muestra un botón, es un mandato por ejemplo en este proyecto de reforma, el incremento brutal del (IPI) que no es más que el Impuesto a la Propiedad Inmobiliaria, el cual establece un aumento de entre un 0.50 % y 0.75 anual.

Eso según me confirmaron es una orden o receta del BM, BID y FMI para el país y el resto de América Latina y el Caribe. Desde su lógica de análisis esos organismos internacionales consideran que ese gravamen en la Región es muy bajo, un 2%, y que de aplicarse como ellos han recomendado, incrementaría el Producto Interno Bruto (PIB) en un 3 % o más.

Hay otros mandatos y recomendaciones que están contenidas en las informaciones que me sirvieron en relación a la ola de reformas y las intenciones de esos organismos internacionales, las cuales por razones de espacio en este medio de comunicación no me será posible exponer.

Finalmente, quiero dejar claro que no todo lo que provenga de esos organismos es malo, no, no quiero que se entienda eso, lo que sí quiero recordar es que por una recomendación similar de esos mismos organismos internacionales en abril de 1984 este país asistió a un doloroso baño de sangre. Dios nos libre.

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almomento

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