Por LEONEL MARTÍNEZ
Existen acontecimientos cuya transcendencia marcan el rumbo de la historia, indican un antes y un después y el mundo parece inicial otra época, pues constituyen una edificación nueva o un derrumbe, se convierten en el crisol de la mentira o la verdad, pueden ser al mismo tiempo potentes soles o impenetrable penumbra.
Las elecciones de Venezuela van a definir el curso del futuro de América Latina, son las más significativas interrogantes sobre la viabilidad del llamado Socialismo del Siglo XXI o del fracaso total de los sueños de quienes han vendido la idea de una sociedad igualitaria en la cual no hayan pobres ni explotados.
Lo que está en juego más que el futuro de un mandatario es el destino de una corriente de pensamiento que fracasó con la revolución rusa y pareció sobrevivir en la cubana.
Sin embargo, los líderes de esas revoluciones terminaron convirtiéndose en dictadores o tiranos que en esencia no se diferencian de los caudillos del pasado.
¿Qué ha sucedido en Cuba? ¿Pudiéramos pensar que lo acontecido en Venezuela es igualmente otro fracaso del socialismo? ¿Qué diferencia hay entre Daniel Ortega y Anastasio Somoza?
Siempre he pensado que la democracia más que un régimen político es una virtud cívica, se debe ser honesto, pulcro, honrado y demócrata, pues, quienes no tienen esta última virtud, atropellan, se endiosan y concluyen siendo peores de aquellos que ellos criticaban.
Venezuela es un ejemplo de cómo se ha podrido un proceso que nunca estuvo maduro puesto que no siempre copiar de otros regímenes resulta con certeza, puesto que las circunstancias y la realidad cubana jamás fue lo mismo que la venezolana.
Hoy confieso públicamente y por primera vez mi asco por aquellos que se han disfrazado de socialistas y son tan perversos como quienes se pasaron la vida criticándolos.
El proceso venezolano es aguardado por América Latina y marcará el fin de la mentira camuflada, de la perversidad que se le ha puesto el uniforme del socialismo para engañar masas incautas.
Se ha dicho que el General que más batallas ha ganado es el General miedo. Y a él le digo que el 28 de julio del 2024 perderá una batalla porque el pueblo venezolano está demostrando que ya venció el miedo.
Y le advierto a los verdugos que si se equivocan no tendrán tiempo para arrepentirse porque serán aplastados por la conciencia de un continente despierto y vigilante.
jpm-am
almomento
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