lunes, 18 de septiembre de 2023

‘Con la frontera cerrada muere el perro y la rabia’

 


Altagracia Salazar

El presidente Luis Abinader habló ayer y no aportó elementos nuevos más allá de un discurso tranquilizador que le garantiza las primeras planas de hoy. Abinader ratificó las medidas del pasado viernes donde la fundamental es el cierre total de la frontera.

El único elemento nuevo en la situación que tiene que ver con el conflicto por el uso de las aguas del Masacre es que ayer cientos de haitianos salieron a demandar la salida del gobierno de Ariel Henry y con ello un mayor debilitamiento del gobierno de ese país.
Y hoy una debe preguntarse. ¿Será que el cierre de la frontera dominico-haitiana debe ser definitivo y no ser abierta nunca jamás porque es la única manera de eliminar el fantasma de terror que hace ciclos sobre la sociedad dominicana.?
El pasado sábado 16, segundo día de cierre fronterizo, se caracterizó por el éxodo masivo de haitianos y haitianas que regresan a su país, pasando por todos los puestos oficiales y extraoficiales. El periódico HOY destacó que cientos de haitianos, de los más pudientes, están abandonando la República Dominicana por la vía aérea con destino a una decena de países del continente.
La disposición de cierre fronterizo, desde el pasado viernes, ha tenido implicaciones diversas. De una parte ha provocado el cese de las conversaciones y en consecuencia provocará acciones unilaterales de los dos bandos. Por otra parte, Las salidas voluntarias y la media de 27 mil deportaciones al mes que exhibe la Dirección de Migración, deben, en poco tiempo, reducir la presencia de ciudadanos y ciudadanas de nacionalidad haitiana en el país y ese será uno de los logros que exhibirá el gobierno de Abinader.
Ayer los haitianos iniciaron la construcción de un dique que permitiría elevar el nivel del agua y por tanto, la operación del canal afectará un área de producción de 3 mil tareas en su mayoría arroceras.
Aunque el presidente dijo que volvía a Naciones Unidas por el tema haitiano, las posibilidades de lograr algo por ahí son pocas, tiene tres años hablando y nadie le ha escuchado.
Queda el arbitraje o lo que el locoviejismo aconseja que es una acción de fuerza
República Dominicana opera 11 tomas de agua del río Masacre y Haití ninguna aunque agricultores haitianos se benefician de una toma local. En un arbitraje internacional ese número pesará mucho.
Un informe del ministerio de Medio Ambiente de hace dos años citado anoche por el presidente recomienda 7 cosas las dos primeras son:
a) Formular y diseñar de manera conjunta las obras e instalaciones de riego que sean necesarias para el reparto equitativo de las aguas del río Masacre.
b) Operar de manera conjunta y equitativa la obra de captación que se construyan sobre el río Masacre, consensuando las demandas de los cultivos.

Ninguna de las propuestas técnicas que hizo el ministerio caben en la mesa HOY dado que lo que se promueve en la opinión pública es el impedimento absoluto de la obra haitiana.
En Haití el gobierno es muy débil y ha adoptado la misma posición que el nuestro que es la defensa de los suyos.
Un cabo me dijo que al presidente le han salido canas nuevas. Porque la política de comunicación y la política económica no marchan a la par. Comprar 3 millones de huevos y 300 mil libras de pollo a la semana parece no ser un problema. El país puede prescindir de los tres millones de dólares al día que genera el mercado binacional y supongo que se pueden encontrar otros mercados. No se sabe cuánto compraron en los mercados de Jimaní, Carrizal, Pedernales y en los mercados más pequeños como Tirolí, Cañada Miguel.
Pero hay más, el encadenamiento productivo con Haití impacta tan lejos como una textilera en Guerra, una en Barahona y otra en Bonao y decenas en Santiago. Esas empresas aguantan una semana, pero a la segunda semana despedirán a su personal.
Ese encadenamiento afectará además los parques industriales de San Isidro, Las Américas y San Pedro de Macorís.
¿Será que Si la frontera quedara definitivamente cerrada, para curarnos del terror que promueven los ultra, el país “renacerá” aunque le tome tiempo?
Veremos dominicanos y dominicanas en la construcción, en la siembra y cosecha de arroz, cacao, café, invernaderos y la operación de granjas porcinas, avícolas y la producción lechera.
Ya no habrá que contar cuantas haitianas paren en los hospitales, ni cuánto le cuesta al sistema de salud.
Todos y todas seremos felices, ya no habrá la amenaza de la fusión que, aunque solo existe en quienes quieren creerlo, jode muchísimo en las redes sociales.
Abinader luce “atrapado y sin salida” como la película aquella del manicomio americano.

Almomento

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