viernes, 28 de mayo de 2021

Extraña patología El drama de la joven que es alérgica al agua: un sorbo le corta la lengua


 Tessa Hansen-Smith, de 22 años de California, es alérgica a sus propias lágrimas, saliva y sudor. Y sólo puede ducharse dos veces al mes. Incluso beber agua puede cortarle la lengua. 

Con solo 10 años, Tessa fue diagnosticada con urticaria acuagénica, una rara enfermedad que, confiesa, condicionó y condiciona su vida y que le provoca erupciones cuando transpira, llora o se ducha, algo que hace solo dos veces al mes. Desde hace un tiempo, decidió hablar sobre su trastorno con el fin de arrojar más luz sobre él y ayudar a personas que puedan estar sufriéndolo.

"Es una enfermedad muy complicada, ya que incluso soy alérgica a mis propias lágrimas, a mi saliva y a mi sudor. Soy muy propensa al agotamiento por calor y tengo que evitar la actividad física", confiesa Tessa. "Incluso tengo que ser transportada por mi campus en la universidad porque de lo contrario me presento a mi clase con fiebre, migraña y erupciones que hacen que sea muy difícil concentrarse".

La erupción en su cuerpo, una constante.

La erupción en su cuerpo, una constante.

"Yo sufro mucha fatiga muscular y náuseas también, la enfermedad aparece cuando como algún alimento con mucha agua, como algunas frutas y verduras. Incluso beber agua puede causarme cortes en la lengua", confiesa la joven de Fresno, California.

La familia de Tessa notó por primera vez que algo pasaba cuando a los ocho años, comenzó a sufrir multitud de erupciones después de ducharse. El primer diagnóstico fue que era alérgica a algún tipo de jabón y la familia estuvo intentando averiguar qué producto le provocaba esas reacciones hasta que finalmente descubrieron que el causante de sus males era el agua.

Algunos de sus posteos en las redes sociales.

Algunos de sus posteos en las redes sociales.

Al principio, Tessa tomaba una pastilla para controlar la alergia, pero la enfermedad empeora con la edad y ahora tiene que ingerir muchos medicamentos. "Con frecuencia me recuerdan que no hay cura para la urticaria acuagénica y que nunca estaré mejor, lo que es algo difícil de escuchar a veces", se lamenta Tessa, que afirma que no dejará que su alergia condicione el resto de su vida. "Si soy capaz de ver a mis amigos y seres queridos sin tener que irme pronto por sentirme enferma o de llegar a todas mis clases en un día, lo veo como una victoria".

En Instagram cuenta sus padecimientos.

En Instagram cuenta sus padecimientos.

La joven es muy activa en su cuenta de Instagram, donde da consejos y narra sus experiencias. "Recientemente mi familia y yo hicimos una profunda limpieza en casa con la llegada de la primavera. Tengo muchos proyectos para abordar, pero mi cuerpo se cansa muy rápido. Paso la mayor parte de mis días en la cama, o simplemente descansando y haciendo tareas muy pequeñas", posteó hace pocos días.

Uno de los posteos donde narra sus sensaciones.

Uno de los posteos donde narra sus sensaciones.

"Los días de brotes alérgicos son días de trabajo, aunque no parezcan nada desde una perspectiva externa. Tu cuerpo está trabajando sin parar durante horas, días, semanas y meses. Cuando tengo un brote malo, suelo pasar el día en la cama, sin salir a charlar con los demás o estar online. Y durante todo el tiempo espero mis momentos buenos en los que puedo ser más activa en línea y en mi vida diaria".


Qué es la urticaria acuagénica

La alergia al agua se produce, según algunas investigaciones, por la presencia de un antígeno ‒sustancia activadora del sistema inmunológico‒ en la piel de los afectados que, al entrar en contacto con el agua, se disuelve.

En ese momento traspasa la parte más externa de la piel y provoca que las células encargadas de la defensa del organismo liberen histamina, una sustancia química que segregan algunos glóbulos blancos y que causa el edema, la dilatación de los vasos capilares, y el malestar propios de este tipo de urticaria.

Erupciones en la piel, algo característico que sufre la joven.

Erupciones en la piel, algo característico que sufre la joven.

La necesidad de ingerir un líquido indispensable para la vida pero que también puede quitártela, es una gran contradicción que genera un sentimiento de malestar permanente. No poder tomar un relajante baño de espuma y sales, o no poder disfrutar de un chapuzón en la piscina, son solo algunos de los sacrificios que tienen que asumir esas 35 personas que sufren la enfermedad en todo el mundo.

La urticaria causada por el agua suele desparecer pasados unos 20 minutos desde el contacto, pero también puede llegar a durar horas. Además, al tocar este líquido, los afectados pueden sufrir otros síntomas como fuertes dolores de cabeza y, en algunos casos más graves, inflamación de los labios, broncoespasmos, y obstrucción de la garganta.

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