POR EMMANUEL MARTINEZ
SANTO DOMINGO.- La alta población de haitianos y haitianas en nuestras ciudades causa que incluso el espacio que debería ocupará los dominicanos sea invadido. Resulta frecuente ver cómo en horas pico en el transporte público llamado OMSA haitianos y hatianas llenan espacios. Esta realidad afecta a dominicanos y dominicanas que quedan fuera del autobús.
Esta misma escena de invacion de espacios la vemos en el comercio informal donde generalmente estan, vendedores ambulantes, fruteros o vendedores de productos. En el caso de los barrios y comunidades populares es posible ver cómo dichos haitianos y hatianas ocupan casas donde mudan a otros de sus familiares, es decir en una casa con capacidad para seis personas se mudan catorce.
Esta alta población ha provocado que se concentren en lugares donde prácticamente lo han hecho suyos, tal es el caso del llamado pequeño Haití de atrás del mercado modelo, la comunidad de Mendoza en Santo Domingo Este y comunidades de Villa Mella sólo por mencionar algunos ejemplos.
Lamentable resulta ver que en hospitales, escuelas y zonas turísticas cada vez es mayor su presencia. Esto genera principalmente que el estado gaste miles de millones en esa poblacion dejando de invertir dichos recursos en la poblacion dominicana.
El plan de regularización del pasado gobierno otorgo legalidad a cientos de miles de irregulares, dicho plan es posible catalogarlo como la mayor traición a la patria en tiempos contemporaneos. Su cultura es incompatible con la mayoria de culturas. El uso de su idioma extraño y la falta de educación es constante generando fricciones.
Han sido expulsados de la la mayoría de los países donde han llegado, tal es el caso de las Bahamas, Chile, Cuba y Centro América. Recientemente un senador dominicano de pedernales ha planteado la posibilidad de hacer una consulta popular para determinar si los dominicanos y dominicanas votan a favor de construir un muro en la frontera. Sin dudas pienso que la mayoría votaría a favor.
Este mes de la patria debemos levantar el patriotismo y los sagrados símbolos de nuestra nación, debemos establecer por el bien de las presentes y futuras generaciones una proclama, no haitianos y haitianas en nuestra República Dominicana.
JPM
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