lunes, 8 de febrero de 2021

EL CAIRO: Arqueóloga dominicana descubre momia con lengua de oro

 


EL CAIRO.- Mientras exploraba el templo de Taposiris Magna, al oeste de Alejandría, buscando las tumbas de Cleopatra y Marco Antonio, el equipo de la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez ha realizado un hallazgo excepcional.

En una de las 16 sepulturas de época grecorromana descubiertas recientemente ha aparecido una momia que aún conservaba una lengua de oro.

La sorprendente característica encontrada en este esqueleto de hace unos 2.000 años fue algo que se incluyó en un ritual especial durante el proceso de embalsamamiento. En ese momento, se extrajo el órgano muscular y se reemplazó con láminas doradas con el objetivo de que el difunto pudiera hablar ante el tribunal de Osiris en la otra vida.

Aunque los restos se han deteriorado desde entonces, las máscaras funerarias de piedra que llevaban los cuerpos excavados todavía están intactas, lo que ha permite a los arqueólogos de la Universidad de Santo Domingo, que llevan casi una década trabajando en el sitio, descubrir cómo se veía cada persona.

Los investigadores han hallado Taposiris Magna -un enorme sitio arqueológico de unos siete kilómetros de longitud que fue construido por el faraón Ptolomeo IV Philopator, quien gobernó entre el 221 y el 204 antes de Cristo- por varias monedas grabadas con el rostro de la reina Cleopatra VII, lo que sugiere que ella estaba gobernando cuando muchos de los individuos fueron enterrados en sus tumbas excavadas en la roca.

Entre las momias más importantes descubiertas en el templo hay dos que destacan especialmente. La primera viste unas decoraciones doradas que muestran al dios Osiris, el dios del más allá. La otra lleva una corona Atef adornada con cuernos y una cobra en la frente. En su pecho está representando un collar ancho del cual cuelga la cabeza de un halcón, el símbolo de Horus, dios de los cielos.

Durante las excavaciones también ha aparecido una máscara funeraria para una mujer, ocho copos de oro que representan las hojas de una corona y ocho máscaras de mármol que muestran una alta artesanía tanto en la escultura como en la representación de las características de sus propietarios.

Kathleen Martínez lidera, desde 2005, las investigaciones en el complejo arquitectónico de Taposiris Magna -con una necrópolis para ricos y poderosos personajes, además de un gran complejo religioso y un centro comercial de mucha importancia- en busca de la tumba de Cleopatra, quien se habría suicidado en el año 30 después de Cristo después de que su amante, el general romano Marco Antonio, se desangrara en sus brazos.

Hace dos años, la arqueóloga dominicana reveló un nuevo templo y, a su lado, una tumba «impresionante» de dos pisos, a la que se llega tras bajar una escalera y pasar por un largo corredor, ambos flanqueados de nichos con momias enterradas ahí para «proteger» la entrada de esta construcción funeraria.

Todo el gran cementerio estaba destinado a albergar «gente importante, gente muy rica» y contemporánea de Cleopatra VII Thea Filopátor. “Pero ninguno de los faraones y faraones de época ptolemaica, que comienza con Alejandro Magno y termina con Cleopatra, ha sido encontrado”, señala.

Uno de los motivos para no haber hallado aún a ningún rey de esos tres siglos son los terremotos que en los sigloa III y VII hundieron los palacios de la antigua Alejandría bajo las aguas del Mediterráneo. Lo que sí se ha encontrado en el lugar son tumbas de personajes de la corte de Cleopatra, como un alto militar o una sacerdotisa que fue enterrada con un ibis cubriéndole el rostro.

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