Pese a que las autoridades llamaron a la población a quedarse en casa o limitar los viajes a lo estrictamente necesario, la víspera miles de haitianos en la capital se apresuraron a los puestos de servicios y sucursales bancarias a conseguir suministros, y algunos criticaron el incremento de los precios.
El Ministerio de Comercio e Industria (MCI) recordó a todos los comerciantes que está estrictamente prohibido practicar la especulación ilegal, aprovechando la situación de pánico causada por la intrusión del nuevo coronavirus.
“El tráfico en el mercado negro expone la seguridad de las familias a daños graves, privándolas de lo esencial para su sustento por el aumento injustificado del precio de los bienes, lo que resulta en un aumento anormal en el costo de la vida”, señalaron en un comunicado.
Reiteró que este delito puede ser sancionado con hasta cinco años de prisión y una multa de 100 mil gourdes (unos mil dólares).
Anunciaron, además, que desplegarán inspectores en los centros de ventas de alimentos, productos farmacéuticos y otros, para verificar el flujo de precios y castigar a quienes contravengan las disposiciones.
El jueves último, el presidente haitiano Jovenel Moïse confirmó los dos primeros casos diagnosticados con el coronavirus SARS-CoV-2, y dispuso del cierre de las fronteras aéreas, marítimas y terrestres, además de un toque de queda nocturno.
Instauró además el estado de emergencia de salud a nivel nacional, con el cierre de escuelas, universidades, parques industriales, templos vudú, iglesias, mezquitas y todos los demás lugares de culto en general.
De igual manera, anunció que el gobierno tomará las medidas apropiadas para proporcionar a los hospitales máscaras, guantes, medicamentos, líquidos y todos los demás suministros médicos necesarios.
of-am
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