
Por:
Iván Carvajal
Este tema estará matizado con 2
vertientes: honor al ser que lo es todo en este convulso universo: la madre y
una ligera semblanza acerca de la dictadura de Rafael Trujillo.
Sin el exprofeso ánimo de desvirtualizar
ciertos acápites bíblicos, para el autor de este tema, los semitas incurrieron
en cometer evidenciales errores garrafales al no incluir a la madre en la
sacrosanta nominación de las divinas personas, pues esto de solo señalar a 3
emblemáticos personajes, me parece injusto el haber obviado al ser de mayor
prestancia que existe en esta majestuosa bola esférica que conocemos como:
planeta tierra.
Este vocablo, el de la madre, es tan inmenso que hasta en los
sitios más inverosimiles su nombre repercute y sobresale por encima de todas
las cosas. Referente a lo aquí expuesto, deseo expresarle a los dogmáticos mis
más deferentes disculpas, pues no fue mi marcada intención lastimar sus
febriles sensibilidades, sujeta éstas a la impiedad de un imperio surgido de
las macabrosas y turbulentas apopeyas romanas, en donde el poder tetrárquico y
religioso iban de la mano y para consolidar tal poderío tuvieron que arrasar
con media humanidad. Madre, hoy te esbozo este canto con la esperanza que el
más allá haya acogido la sin par singularidad de tu alma para gozo de los hijos
que dejaste y que siempre oran por ti, aun después de haber transcurrido 36
años y 11 meses de tu infausta partida.
A raíz de la culminación del periodo
de gobierno de Don Horacio Vásquez (1924-1930), emerge desde las mefitosfélicas
fosas un impúdico personaje que le daría otro giro, en sentido negativo para un
pueblo, a la historia dominicana: Rafael Trujillo Molina. Este endemoniado
espectro, hombre de absoluta confianza en el gobierno de don Horacio, asume al
poder utilizando una serie de triquiñuelas en contra de quienes iban con él en
las boletas comiciales de aquel certamen electoral, en el que resultó electo este
infame especimen, como siempre la clase aburguesada le dio el triunfo al que
ellos tenían su vista fija como su incuestionable candidato. Desde ese asarozo
momento Trujillo demostró que era un artista del infundio y meritorio discípulo
de maquiavelo y, el 16 de agosto de 1930 es declarado presidente de todos los
dominicanos. Con los estamentos públicos un poco organizado a expensa de los
mercenarios del Tío Sam y con la población desarmada, Trujillo no tardó en
demostrar su destreza en la milicia y el agudo olfato para atrapar ladrones; preparado
el JEFE con estos armamentos, sale a perseguir a los Gavilleros que fue el
primer grupo de pillos que enfrentó en su nefasta era.
Sobre Tunty Cáceres puedo
afirmar, pues fuí testigo ocular de esto, que la noche que Antonio de la Maza y
demás compañeros les arrancaron la cabeza al chivo de San Cristobal, a él, a
Tunty, se le veía un poco nervioso, pues ese día debía ir a la capital a
ultimar detalles con Antonio de la Maza sobre la intercesión que les harían al
JEFE cuando éste se encaminara a efectuar el rutinario viaje que hacía todas
las noches a San Cristobal, que él, Tunty, sería el choffer de tan osada
acción. En Moca, Tunty tuvo unos amoríos borrascosos con María Magdalena Castillo
(Taty) que vivía donde hoy está ubicada la estafeta de cobros de CORAAMOCA,
sito, al lado del hotel ¨El Silencio¨ de la calle José María Rodríguez a 50
metros de la calle Duarte; los padres de Taty Fueron: Marcos Pérez y María
Castillo, fallecidos.
La dictadura de Rafael Trujillo
se Concretizó en: Persecución, Torturas, ostracismos y muertes, esos fueron los
vituperantes eslabones que fortificaron la cadena que maniataron a todo un
puebo y lo sometieron al más espantoso de los calvarios por espacio de 30
largos años que al parecer éstos no concluirían pero que, concluyeron la noche
de aquel memorable 30 de mayo de 1961. Pedro Livio Cedeño, Modesto Díaz,
Antonio Imbert, Juan Tomás Díaz, , Antonio de la Maza, entre otros,
acribillaron a plomazos limpios a Trujillo, a su Choffer Zacarías de la Cruz y
al carro que los transportaba en la hoy Avenida 30 de Mayo.
Trujillo cavó su fosa cuando
quiso perpetuar su efigie en templos clericales; el fallido intento de eliminar
a Rómulo Betancourt porque éste le dijo al Jefe que su esposa María Martínez
tenía un lunar en su glúteo izquierdo; y, cuando sus perros de presas lograron estuprar
y asesinar a las cándidas mariposas de Salcedo; Minerva, Patria y María Teresa
Mirabal. Ese fue la gota que derramó el vaso de un régimen que, a partir de esa
masacre, partiendo de esto último, empezó a cavar su fosa, ya el Minotauro del
Caribe principiaba a lanzar sus agonizantes bramidos anunciando así su impostergable
partida; al parecer de las cenizas griegas surgió un moderno Teseo y un
huracanado viento trajo a Quisqueya a este hercúleo personaje para que
exterminara a la infernal bestia que se engullía a los hijos de una
aboriginezca media isla enclavada en un rincón del caribe.
Una vez más exhorto a mi ínfima legión
de lectores a que hagan un esfuerzo por ilustrarse, ya que es la única solución
para aclarar nuestras fibras encefálicas, es dedicándole 2 horas diarias a
cualquier tipo de lectura, así podrás tener mejor dominio de los problemas que
te rodean y a la postre tendremos un mejor país.
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