jueves, 4 de septiembre de 2014

La doble moral de los que dicen defender nuestros intereses

Por: Lic. Roberto Caraballo

Hoy se escucha un solo clamor,  ¨Loma Miranda Parque Nacional¨.  Un sin número de organizaciones que se hacen llamar grupos populares” pero que practican la doble moral, han llamado a la desobediencia civil en todo el territorio nacional, por la observación hecha por el Poder Ejecutivo a la ley que declara a dicha loma, parque nacional.
Estoy cien por ciento en contra de que dicho paisaje natural sea explotado con fines económico, ya que esto iría en detrimento de la presente y futura generaciones como lo expresa muy bien el famoso escritor español Calderón de la Barca en su célebre frase "Se puede vivir dos meses sin comida y dos semanas sin agua, pero sólo se puede vivir unos minutos sin aire.

La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. El amor es la fuerza más grande del universo, y si en el planeta hay un caos medioambiental es también porque falta amor por él. Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia."   
El medio ambiente debe ser protegido por encima de quien sea y caiga quien caiga; porque así está establecido en la constitución y las leyes dominicanas.  La carta magna es soberana a todas ley, decreto reglamento y resolución contrario a ella.
Esos ¨macarras de la moral¨, como le dice el cantautor español Joan Manuel Serrat, a todos los que juegan a la doble moral, como es el caso las organizaciones llamada “grupo populares”, que no hicieron lo propio con una ley aprobada por el congreso y promulgada por el ejecutivo, que si viola en varios artículos la constitución, como la es la ley 169-14 y  su reglamento, así como el decreto 250.
Son inconstitucionales, porque ya estaba todo previsto antes de esta legislación, estos instrumentos jurídicos le dan deberes y derechos a ciudadanos extranjeros que no le corresponden en detrimento de la soberanía dominicana ya que dichos extranjeros, protegidos por su constitución que reza en su  Artículo 11, en su acápite 2 y 3 lo siguiente. Son haitianos por origen: 2) Todas las personas nacidas en el extranjero de padre y madre haitianos; 3) Todas las personas nacidas en Haití de padre extranjero o, si no es reconocido por su padre, madre extranjera, siempre que descienda de la raza negra. La calidad de nacionalidad haitiana, tanto de origen como adquirida, no se puede eliminar el reconocimiento posterior de padre extranjero.
Ellos nos tildan a los dominicanos de racista, está bien claro que la lucha estéril que llevan la gran mayoría de dominicanos defensores de la soberanía nacional en lo que me incluyo, no es racista sino nacionalista.  Por ejemplo, la Convención de la Haya de 1930 que trata el tema de la nacionalidad dice muy claramente que cada Estado tiene la facultad exclusiva de definir y determinar quiénes son sus nacionales.
Cuando surge el problema de “si estos señores son o no dominicanos”, ya existían leyes y que “la única legislación con carácter de ley que se le impone a los ciudadanos y a los poderes públicos es la sentencia 168-13 que explica cómo debe entenderse quién es y quien no dominicano.
En la sentencia 168-13 está contemplado el procedimiento que debe llevarse, por lo que no había necesidad de dictarse ninguna ley ni reglamento. Es por esto que ningún gobierno puede subordinarse a los caprichos de grupos de presión o turbas vociferantes que toman las calles haciendo exigencias, por legítimas que sean, aunque lo que buscan muchos de estos vocinglero que dicen llamarse grupos populares”, que predican la moral en calzoncillo, no es el bienestar de la mayoría de los dominicanos sino sacar capital político y económico como ya no tiene acostumbrado

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