martes, 4 de febrero de 2014

Ing. Juan Francisco Caraballo un vivo ejemplo de seriedad que debe ser senador

Por: profesor Octavio García

En el argot universitario existe lo que se llaman elementos imprescindibles para llegar a ser profesionales.  En el ámbito estudiantil, preferiblemente en lo que tiene que ver en las universidades, estamos acostumbrados a tener que cumplir con una serie de conocimientos que están incluidos en lo que comúnmente se conoce como pensum.
Estas materias que componen el pensum son imprescindibles para llegar a ser profesionales en cualquiera del área de conocimiento, ya sea educación, ingeniería, medicina, entre otras. Todas están avaladas por los principios éticos.
Llevando este requisito de estudios superiores para dotar de un titulo profesional a una persona al plano del diario vivir, podríamos decir que seria posible prescindir de la ética; porque la misma vendría a ser el sostén de la moral y por consiguiente quien carezca de ella no merece estar vivo.

Tal como lo explica José Ingeniero en su libro de ética, el cual es usado como un libro de consultas en muchas universidades, define bien claro que un profesional debe estar dotado de una inusitada honradez, responsabilidad, orden, lealtad y otros elementos  considerados como imprescindibles en el cumplimiento de nuestras acciones.
No meno importante resulta en el quehacer político, aunque estemos acostumbrados a escuchar que el político para ser exitoso debe ser falaz, irresponsable, irrespetuoso, poco probo y otros descalificativos.  Sin embargo desde un punto de vista generalizado; la política debe de ser vista como lo que realmente es, una ciencia que apasiona, que está sometida a ciertas reglas y principios y sus actores deben de estar también sometidos a ellos.
Desde la constitución de la República Dominicana en 1844 esta ha tenido muchos improvisados y aprovechados de nuestros recursos, utilizados de forma vil y descarada para lucrarse en si mismo.
Si nos adentramos a nuestra historia política, veremos que  está plagada de muchos de ellos, no importa el color ni mucho menos la parcela.
Desde los partidos Azul y Rojo, los Bolos y los Coludos hasta los actuales. 
Pero también enmarcándonos en el mismo contexto, también existen quienes profesan y practican eso que le hemos venido hablando.  Debemos apostal al cambio, debemos apostar a nuevos actores con una nueva visión social que implique un compromiso con el pueblo, como lo viene haciendo el presidente Danilo Medina; quien está dando cátedra de eso sin figureo ni escándalo en sus acciones.
Afortunadamente a su lado hay hombres y mujeres de reputadas condiciones que todos conocemos, escribiendo una nueva página en nuestra historia. Solo basta con mencionar el nombre del ingeniero Juan Francisco Caraballo, cuyo ejemplo simple y sencillamente es sinónimo de todo lo antes mencionado.
Este singular personaje, político contemporáneo que ha ganado todos los espacios en lo que se ha dispuesto dentro de su organización política, desde  miembro, Secretario general, jefe de campaña, regidor, miembro del Comité Central Nacional, entre otros cargos en el partido de la Liberación Dominicana.
Un pulcro administrador de los recursos del Estado,  defensor de los intereses económicos de nuestro pueblo, que no exhibe riquezas, que vive aferrado a los principios morales aprendido, cuyo ejemplo viene siendo la herencia única y legitima enseñada por sus padres.
Yo lo conozco, dudo que cambie su proceder y su firmeza.  Es el prototipo del ser humano y del político que necesitamos, es el tipo de legislador que queremos con una visión y misión definida. 
Ya probó lo que quería hacer como administrador, como un gerente confeso, ahora lo necesitamos allá arriba, sometiendo proyectos, defendiendo lo nuestro, dando cátedra de civismo, de voluntad comprometida.
¡Claro que va a llegar! El pueblo lo necesita, es un ejemplo y un abanderado de los principios duartianos y un discípulo aventajado del profesor Juan Bosch al predicar con su ejemplo.

Tenga por seguro ingeniero Juan Francisco Caraballo que usted será el próximo senador del pueblo, un ejemplo a imitar por los jóvenes humildes y las futuras y jóvenes generaciones políticas de nuestro país.  Hágalo ya, este es su momento, cuente con sus gentes y con su pueblo 

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