Por: profesor Octavio García
En el argot universitario existe lo que se llaman elementos
imprescindibles para llegar a ser profesionales. En el ámbito estudiantil, preferiblemente en
lo que tiene que ver en las universidades, estamos acostumbrados a tener que
cumplir con una serie de conocimientos que están incluidos en lo que comúnmente
se conoce como pensum.
Estas materias que componen el pensum son imprescindibles
para llegar a ser profesionales en cualquiera del área de conocimiento, ya sea
educación, ingeniería, medicina, entre otras. Todas están avaladas por los
principios éticos.
Llevando este requisito de estudios superiores para dotar de
un titulo profesional a una persona al plano del diario vivir, podríamos decir
que seria posible prescindir de la ética; porque la misma vendría a ser el sostén
de la moral y por consiguiente quien carezca de ella no merece estar vivo.
Tal como lo explica José Ingeniero en su libro de ética, el
cual es usado como un libro de consultas en muchas universidades, define bien
claro que un profesional debe estar dotado de una inusitada honradez,
responsabilidad, orden, lealtad y otros elementos considerados como imprescindibles en el
cumplimiento de nuestras acciones.
No meno importante resulta en el quehacer político, aunque
estemos acostumbrados a escuchar que el político para ser exitoso debe ser falaz,
irresponsable, irrespetuoso, poco probo y otros descalificativos. Sin embargo desde un punto de vista
generalizado; la política debe de ser vista como lo que realmente es, una
ciencia que apasiona, que está sometida a ciertas reglas y principios y sus
actores deben de estar también sometidos a ellos.
Desde la constitución de la República Dominicana en 1844 esta
ha tenido muchos improvisados y aprovechados de nuestros recursos, utilizados
de forma vil y descarada para lucrarse en si mismo.
Si nos adentramos a nuestra historia política, veremos que está plagada de muchos de ellos, no importa el
color ni mucho menos la parcela.
Desde los partidos Azul y Rojo, los Bolos y los Coludos hasta
los actuales.
Pero también enmarcándonos en el mismo contexto, también existen
quienes profesan y practican eso que le hemos venido hablando. Debemos apostal al cambio, debemos apostar a
nuevos actores con una nueva visión social que implique un compromiso con el
pueblo, como lo viene haciendo el presidente Danilo Medina; quien está dando cátedra
de eso sin figureo ni escándalo en sus acciones.
Afortunadamente a su lado hay hombres y mujeres de reputadas
condiciones que todos conocemos, escribiendo una nueva página en nuestra historia.
Solo basta con mencionar el nombre del ingeniero Juan Francisco Caraballo, cuyo
ejemplo simple y sencillamente es sinónimo de todo lo antes mencionado.
Este singular personaje, político contemporáneo que ha ganado
todos los espacios en lo que se ha dispuesto dentro de su organización política,
desde miembro, Secretario general, jefe
de campaña, regidor, miembro del Comité Central Nacional, entre otros cargos en
el partido de la Liberación Dominicana.
Un pulcro administrador de los recursos del Estado, defensor de los intereses económicos de
nuestro pueblo, que no exhibe riquezas, que vive aferrado a los principios
morales aprendido, cuyo ejemplo viene siendo la herencia única y legitima
enseñada por sus padres.
Yo lo conozco, dudo que cambie su proceder y su firmeza. Es el prototipo del ser humano y del político
que necesitamos, es el tipo de legislador que queremos con una visión y misión
definida.
Ya probó lo que quería hacer como administrador, como un
gerente confeso, ahora lo necesitamos allá arriba, sometiendo proyectos,
defendiendo lo nuestro, dando cátedra de civismo, de voluntad comprometida.
¡Claro que va a llegar! El pueblo lo necesita, es un ejemplo
y un abanderado de los principios duartianos y un discípulo aventajado del
profesor Juan Bosch al predicar con su ejemplo.
Tenga por seguro ingeniero Juan Francisco Caraballo que usted
será el próximo senador del pueblo, un ejemplo a imitar por los jóvenes
humildes y las futuras y jóvenes generaciones políticas de nuestro país. Hágalo ya, este es su momento, cuente con sus
gentes y con su pueblo
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