martes, 15 de octubre de 2013

Carlos Amarante Baret continuidad de un buen gobierno

Por el Profesor Octavio García

La vida del dominicano de ayer y el dominicano de hoy siempre ha estado marcada por personas mezquinas y desaprensivas que han obstruido el avance de una nación exitosa como soñara el patricio Juan Pablo Duarte que lo dio todo a cambio de nada por una patria soberana con igualdad de condiciones para todos.
Es penoso que a este gesto histórico y patriótico encabezado por Duarte y los trinitarios solo se le haya dado seguimiento 119 años después en un frustrado intento del profesor Juan Bosch por seguir esos lineamientos de grandeza ambicionado por el padre de la patria en 1844, que lo único que perseguía era la creación de una verdadera nación que satisficiera a todos y todas las y los dominicanos de aquel entonces y para la posteriores generaciones.
Hoy 50 años después con la llegada al gobierno del licenciado Danilo Medina Sánchez, se está abriendo una nueva brecha a la posibilidad de avanzar por esos truncados caminos que permitan elevar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de esta hermosa nación, por medio de políticas educativas, de salud, ambientales, productivas y sociales; encasilladas todas hacia una misma meta.

Afortunadamente y para bien del país, el presidente Medina está demostrando ser un visionario, y como todo buen agricultor; está abonando el terreno para que la República Dominicana no se detenga en el camino hacia la continuidad de esos procesos que permitirán el desarrollo definitivo y absoluto de nuestra nación. 
Un paso inequívoco de ello, lo constituye la escogencia en el Ministerio de Educación del licenciado Carlos Amarante Baret, garantía plena de que habrá una continuidad de esos proyectos de nación iniciados por Juan Pablo Duarte en 1844, perseguido por el profesor Juan Bosch en 1962 y desarrollándose con una integración y unificación de criterios de toda la sociedad de hoy, por el Presidente Danilo Medina.
Es por eso que a una misma voz, en las 32 provincias del país; se está mirando con muy buenos ojos, que la única persona capacitada y dotada de esos principios y valores para dar seguimiento a ese futuro promisorio que todos los dominicanos y dominicanas hemos aspirado desde el nacimiento de nuestra identidad como nación, es llevando a la presidencia de la república al licenciado  Carlos Amarante Baret.
Su trayectoria política, su constante crecimiento a pesar de sus humildes orígenes, no ha sido un obstáculo para que este ilustre ser humano avance en grado ascendente y paulatino en la conquista de su éxito como profesional y su éxito político, avalado con la pulcritud y transparencia con que se ha manejado  en todas las instituciones públicas y privadas que le ha tocado dirigir.     
Viniendo de la nada y huérfano de madre, le tocó vivir días difíciles en su Moca natal.  Eso no oscureció su luz y continuó su formación estudiantil sacando tiempo extras para participar en clubes sociales y culturales que lo marcaron de por vida al permitirle conocer de cerca las intríngulis de esta sociedad, de donde nace su gran sensibilidad humana que lleva consigo, la que siempre ha puesto al servicio de la mejoría conjunta para todos los hijos de esta nación.
Avanzando en el tiempo, forma fila en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), iniciando al igual que todos los peledeístas, en los círculos de estudios.  Su gran dedicación y entrega acompañado del gran interés y vocación de servicio que mostró tener le permitió pronto perfilarse como uno de los grandes prospectos para dirigir el partido en esta provincia Espaillat, llegando a ocupar un una regiduría en 1982, pasando luego a ser el primer senador que representara el proyecto político morado en aquellos tumultuosos tiempos de los años 90 cuando el triunfo de Juan Bosch fue ilegitimado por un fraude colosal del presidente Joaquín Balaguer en contubernio con sectores poderosos y oscuros de la nación.   
Posteriormente logrando ya pertenecer al Comité Central y sucesivamente al Comité Político de la organización, con la llegada a primera jefatura del Estado de su compañero de partido, el doctor Leonel Fernández Reyna, periodo 1996-2000 es nombrado en la Superintendencia de Seguros y en la administrador de Bienes Nacionales, luego en el segundo mandato de Leonel Fernández, 2004-2008 fue Director General de Migración, cargos que desempeñara dignamente sin que una sombra de descrédito le persiga.
En el tercer mandato del PLD y el presidente Fernández, por lealtad al actual mandatario que en esos momentos aspiraba a dirigir los destinos de la República Dominicana, no ocupó ningún cargo público a pesar de que le fue ofrecido el Ministerio de Interior y Policía, negativa que lo sacó del poder hasta el día de hoy y que hasta cierto punto lo hace digno de la confianza del presidente.
Con el ascenso de Danilo Medina, su lealtad consolida la amistad con el jefe de Estado, quien lo nombra Presidente del Instituto de las Telecomunicaciones (INDOTEL), posición que ocupa por espacio de 10 meses, pasando luego al Ministerio de Educación, donde sin estar ligado al magisterio, ha hecho una verdadera revolución, mejorando el maltrecho sistema educativo dominicano que solo había servido para crear profesionales de muy baja calidad.    

Este pequeño background, a manera de presentación de su hoja de vida nos permite a todos los dominicanos sensatos, deseosos y conscientes de que la continuidad de un buen gobierno, necesariamente debe recaer sobre los hombres de un estadista, altruistas, serio, leal y capaz, de la altura y el calibre que ha demostrador tener el licenciado Carlos Amarante Baret.     

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