Por: Profesor Octavio
García
De entrada podría iniciar señalando que un líder se pule o se
refina dependiendo el acontecer histórico que lo marque o por la influencia del
medio, como lo planteaba Rousseau, cuando decía que el niño nace siendo bueno,
pero que la sociedad lo corrompe para bien o para mal.
En esta ocasión esas apreciaciones sabias de Rousseau
afortunadamente fueron para bien y lo mejor, fue que recayeron en los hombros
de un maestro, el cual ha ejercido siempre su nivel de capacidad de liderazgo y
de formación educativa en beneficio de presentes y futuras generaciones de
dominicanos. Dicho en otras palabras, estamos hablando de un visionario con
actitudes filantrópicas como lo es sin lugar a dudas, el licenciado Bienvenido
Flores, que pasó de un simple estudiante
de escasos recursos, a un pilar sólido de la educación superior.
Remontándome a la época de oro de los años 80´s cuando
cursábamos carreras universitarias, las que por razón de vocación tuvimos que
tomar caminos distintos, donde la competencia amistosa entre estudiantes de
escasos recursos para ver quien llegaba primero, me dio a conocer al amigo y a apreciar
el aura que lo acompañaba en aquel entonces, la que sin muchos sacrificios y
con sus grandes dotes de líder y humanistas lo siguen agigantando en el día de
hoy, convirtiéndolo en alguien muy especial en el mundo de la enseñanza,
dejando sus huellas plasmadas en las paginas dorada de la educación, en el
corazón y la memoria de quienes fueron sus alumnos.
Siguiendo las pautas trazadas de los grandes de la educación
mocana, algunos ido a destiempo como fueron los casos de los profesores Andrés
López y Luciano Grullón, el primero,
maestro de maestro y el segundo un conocedor de las matemáticas y famoso por su
método afable y exquisito de enseñanza, arroja luz al oscuro y ortodoxo sistema
educativo dominicano que por décadas se había quedado rezagado en las escuelas
públicas del país, llevando al estudiantado de hoy a tener una visión mas clara
y un mayor nivel de raciocinio.
A manera de chistes, siempre decíamos; ¡hay que tener cuidado
con ese compañero, ese es un vivo, un tigre, vamos a cogerles adelante! Expresiones jocosas, sin maledicencias, por
la falta de visión en aquel momento, de que a nuestro lado estaba surgiendo un
líder del cual todos en ciertas medida nos íbamos a nutrir de sus sabios
conocimientos, los que compartía siempre y ponía al servicio y en beneficio de
sus compañeros, sin ningún tipo de rencor o aspereza a pesar de que lo
estábamos molestando con esas cosas de muchachos.
En innumerables ocasiones pude observar sin petulancia ni
mezquindades; como compartía sus conocimientos a fin de enriquecer las actitudes
y habilidades de sus compañeros en el
lenguaje matemático, y la forma tan llana y clara con que lograba que sus
explicaciones fueran asimiladas de inmediato con una simple explicación,
demostrando que no se trataba de un neófito en el manejo de las problemáticas
del momento, sino que sus consejos, respuestas y creatividad estaban avalada
por su gran experiencia en las aulas adquiridas desde muy temprana edad.
Su persistencia, su sacrificio, su entrega en el escenario
educativo es lo que ha hecho digno de ser tomado en cuenta para ser catapultado
a las altas instancias de la dirección del Ministerio de Educación, escenario
fértil y propicio para que pueda contribuir al cambio y la reformulación del
proceso educativo y adecuarlo como son los deseos del presidente Danilo Medina
y del Ministro de Educación Carlos Amarante Baret, a las nuevas exigencias
mundiales de la educación, donde no solo la escuela sea un ente activo sino que
las comunidades formen parte integrar en el proceso evolutivo del cambio en la
educación moderna.
Créanme que les hablo con razón de causa ya que lo
conozco, como lo señalé con
anterioridad, desde los tiempos universitarios, en los cuales encabezó una
revolución en las enseñanzas matemáticas en su pueblo, practica que le valido
para sumar amigos y el reconocimiento del pueblo en su vida cotidiana; con el apremiante de que por su liderazgo, la
vida le está proporcionando las herramientas que les hacían faltas, para llevar
esa revolución del conocimiento y el saber, a todos los extractos sociales de
esta patria de Duarte, como fueron los deseos del profesor Juan Bosch.
Su alto dominio en los contenidos acompañado de su gran
dedicación y entrega en la enseñanza, de pronto despertó interés en los niveles
superiores, dejando sentir su nombre en universidades como O&M y UTESA,
plataforma que lo catapultó como un líder, por lo que no es de extrañarse la
forma apabullante en que su pueblo lo aúpa cada vez que puede sacar el tiempo en
su apretada agenda de trabajo, para visitar su patria chica (Juan López, Moca),
cualidad que le ha servido para elevarlo al escenario político, aclamado por su
pueblo, el que lo llena de piropos y besos, sin distinción de géneros. Donde denota un coherente discurso y una
fluida oratoria que dice mucho de inusitado progreso en dicho ámbito.
Concluyo estas reflexiones, convencido de que su trayectoria
y su aporte a la educación mocana ha sido infalible en el método del
aprendizaje del estudiantado y como líder comunitario y político, ha hecho una
labor incuestionable como lo demostró cuando dirigió la Junta Distrital de Juan
López.
Con esta oportunidad que el divino creador ha puesto sobre
sus manos, le toca a él mismo escribir otro episodio de su vida y narrarla en un
capítulo que lo consagre en las paginas doradas de la educación dominicana,
como lo hicieran, Salomé Ureña de Henríquez, Eugenio María de Hostos, Pedro Henríquez
Ureña, Ercilia Pepín, don Juan Bosch, entre otros grandes de la educación.
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