Como sabemos desde el 12 de septiembre del 1998 se encuentran guardando injusta prisión cinco ciudadanos cubanos que infiltraron las organizaciones terroristas estacionadas en Miami, Florida, para impedir agresiones contra su patria y de hecho, también proteger vidas y bienes del pueblo norteamericano.
En estos doce años de atropellos y denegación de justicia, se ha visto como funciona un Poder Judicial, cuando es un instrumento de los poderes imperiales que no toleran que una nación pobre y pequeña, defina con autodeterminación su estilo de vida, político, social, económico y cultural.
Juicios amañados por jueces y fiscales que se dejan manipular por los sectores más reaccionarios del exilio cubano, han evacuado sentencias que demuestran un alto grado de ensañamiento y odio hacia los cinco cubanos que no han violado ninguna de las leyes de Estados Unidos.
El rechazo a esa grosera injusticia y atropello a la dignidad humana ha generado un poderoso movimiento mundial de solidaridad que crece como bola de nieve por todos los continentes, sumando voces y voluntades en hombres, mujeres, instituciones, gobiernos y movimientos de todas las ideas y credos.
Pocas veces se ha visto en el mundo que una causa haya sido asumida por tantas fuerzas, donde son notorias las diferencias que separan una de otras, para que estos luchadores indomables contra el terrorismo retornen a su tierra donde les esperan, madres, padres, esposas, hijos, hijas, hermanos y todo un pueblo que les admira y respeta por
su digno comportamiento ante sus encarnizados enemigos.
Las organizaciones y los hombres y mujeres que en Santiago hacemos causa común con las causas justas sin importar donde éstas reclamen nuestra modesta energía, levantamos hoy nuestra voz de reclamo al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, para que disponga la inmediata libertad de estos patriotas cubanos y pueda resarcir en parte, los graves daños causados a hombres que no han lesionado en nada al pueblo norteamericano.
Este llamado va también hacia a todos aquellos sectores que hasta el momento se han mantenido indiferentes a esta justa causa, para que se sumen en forma activa a la lucha hasta obtener este noble objetivo, que será logrado con la movilización de todas las fuerzas democráticas del mundo.
En estos doce años de atropellos y denegación de justicia, se ha visto como funciona un Poder Judicial, cuando es un instrumento de los poderes imperiales que no toleran que una nación pobre y pequeña, defina con autodeterminación su estilo de vida, político, social, económico y cultural.
Juicios amañados por jueces y fiscales que se dejan manipular por los sectores más reaccionarios del exilio cubano, han evacuado sentencias que demuestran un alto grado de ensañamiento y odio hacia los cinco cubanos que no han violado ninguna de las leyes de Estados Unidos.
El rechazo a esa grosera injusticia y atropello a la dignidad humana ha generado un poderoso movimiento mundial de solidaridad que crece como bola de nieve por todos los continentes, sumando voces y voluntades en hombres, mujeres, instituciones, gobiernos y movimientos de todas las ideas y credos.
Pocas veces se ha visto en el mundo que una causa haya sido asumida por tantas fuerzas, donde son notorias las diferencias que separan una de otras, para que estos luchadores indomables contra el terrorismo retornen a su tierra donde les esperan, madres, padres, esposas, hijos, hijas, hermanos y todo un pueblo que les admira y respeta por
su digno comportamiento ante sus encarnizados enemigos.
Las organizaciones y los hombres y mujeres que en Santiago hacemos causa común con las causas justas sin importar donde éstas reclamen nuestra modesta energía, levantamos hoy nuestra voz de reclamo al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, para que disponga la inmediata libertad de estos patriotas cubanos y pueda resarcir en parte, los graves daños causados a hombres que no han lesionado en nada al pueblo norteamericano.
Este llamado va también hacia a todos aquellos sectores que hasta el momento se han mantenido indiferentes a esta justa causa, para que se sumen en forma activa a la lucha hasta obtener este noble objetivo, que será logrado con la movilización de todas las fuerzas democráticas del mundo.
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