
No hay teoría revolucionaria sin práctica revolucionaria y viceversa.
Salvo el poder, todo es ilusión.
Salvo el poder, todo es ilusión.
El Estado es el arma de represión de una clase sobre otra.
La revolución no se hace, sino que se organiza.
Es una verdad el que con frecuencia en política se aprende del enemigo.
La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano.
La victoria de la revolución será la dictadura del proletariado y el campesinado.
El capital se convierte en traba del modo de producción que ha prosperado junto con él y bajo su amparo.
La crítica tiene que limitarse a comparar y contrastar un hecho no con la idea, sino con otro hecho.
La revolución es guerra, la única en verdad legítima, justa y grande, entre cuantas ha conocido la historia.
La toma del poder debe ser obra de la insurrección; su meta política se verá después de que hayamos tomado el poder.
Sin aniquilar la organización económica basada en el intercambio es imposible poner fin a las colisiones internacionales.
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