jueves, 24 de julio de 2025

México tuvo un presidente afroamericano olvidado

 


México tuvo un presidente afromexicano, pero la historia oficial lo intentó borrar. La élite blanca de aquellos años blanqueó sus retratos, suavizó sus rasgos, y con el tiempo, México olvidó la verdadera historia de Vicente Guerrero.


Un soldado humilde, valiente, de origen indígena y afrodescendiente, nacido en la periferia, en un México que no estaba hecho para que alguien como él llegara tan alto.


Y sin embargo, lo hizo.

Se convirtió en el segundo presidente de México.

Y durante su primer año en el poder, abolió la esclavitud en todo el país.


Pero los poderosos no lo soportaron.

Fue traicionado, capturado mediante engaños, y fusilado sin honor por un sistema que nunca aceptó verlo en el poder.


Hoy, casi 200 años después, México sigue en deuda con él.

Porque Vicente Guerrero no solo luchó por la independencia,

luchó por abolir la esclavitud,

por los derechos de los pueblos indígenas,

por los olvidados, por los morenos, por los pobres,

por ese México que aún hoy sigue siendo invisible.



Ayúdame a compartir su historia.

Ayúdame a que la historia de Vicente Guerrero se cuente como merece.


Ayúdame a rescatar su memoria.

Porque hace 200 años lo mataron por su tono de piel y por lo que representaba: la esperanza de un país más justo.


Y hoy, tenemos la oportunidad de revivirlo por la misma razón.


Hagamos que su nombre aparezca en todos los libros de texto.

Que su color de piel no se oculte, se celebre.


Porque si alguien merece ser recordado con orgullo, es el hombre que liberó a los esclavos de México, cuando aún no existía la palabra “derechos humanos”.


¡Viva Vicente Guerrero!

Pero que viva más su verdadera historia.

Que viva su lucha.

Y que viva, con dignidad y orgullo, su afrodescendencia.


Este texto se hizo con base en fuentes históricas como el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y diversos archivos académicos sobre afromexicanidad de distintas instituciones públicas.

Persio Pérez Cabrera 

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