Por Mauricio Toribio
A ella
De tenue mirar y ojos brillantes,
Que destellean luz divina al pasar,
sonrisa de cielo, labios vibrantes,
que anhelo, en secreto, poder besar.
De cuerpo erguido, frágil figura,
abrazo soñado, caricia ideal.
con alma noble y dulce ternura,
perfume encantado, amor celestial.
A ti dedico este humilde canto,
mujer que inspira mi suspirar,
la que habita en mi pensar tanto…
y a quien, sin miedo, quisiera amar.
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