Cayena González/Diario Libre
A la luz de los datos, surge la interrogante de si el modelo de financiamiento estatal a la educación podría transformarse, otorgando a las familias la libertad de decidir en qué centro educativo inscribir a sus hijos y trasladando la inversión pública directamente a la escolaridad del estudiante. Dado que el gasto anual por alumno en una escuela pública puede alcanzar los 152,000 pesos, ¿se podría considerar un sistema de subsidios o bonos educativos que permitan a los padres elegir entre instituciones públicas y privadas dentro de ciertos parámetros de costo y calidad? (Seguir leyendo…)
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