martes, 28 de noviembre de 2023

Joaquín Sabina: Laberintos del placer

 


El cuerpo tiene un ayer

que no se cura mañana,

nueve noches por semana

sin ganas de amanecer.

Laberintos del placer

cuando baja la persiana

del crepúsculo, Diana,

cazadora de vía estrecha,

clava su póstuma flecha,

en mi podrida manzana.


El corazón es un flan

que encoge con cada pena

y se inflama cuando suena

la flauta dulce de Pan.

Eva se va con Adán

porque el amor desenfrena

y, al calor de la verbena,

siempre aparece un muchacho

que le financia el gazpacho

después de la noche buena.


El deseo es un corcel

que la madurez embrida,

cuando el bajel de la vida

no acepta tratos con él.

No se trata de ser fiel

a la esposa malquerida

ni echar vinagre en la herida

de la loca juventud;

la pasión y la salud

pierden siempre la partida.

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