Por:Julio Cesar Inoa
La desaparición física del joven Amelio Silva Cabreja, un día como hoy 24 de mayo, pero de 1973, no ha impedido que 46 años después, su presencia, su voz y su accionar revolucionario, claudiquen ante las injusticias sociales que reclamaba, junto a otros jóvenes valiosos que también sucumbieron por las balas criminales de los testaferros de los malditos 12 años del presidente Joaquín Balaguer.
Este joven político, a la sazón, un estudiante y dirigente estudiantil de gran influencia social en la juventud de entonces, fue vilmente asesinado por los esbirros de un régimen despiadado que se quiso vestir de oveja, cuando en realidad era el lobo feroz del remanente de una cruel y sangrienta dictadura de más de 30 años.
Su lema ¨ni 24 horas fuera del país para dejar las luchas revolucionarias¨ fue el estímulo acariciado por los lideres revolucionarios que 46 años después y con una situación social y ambiente político diferente, pero con iguales resultados en perjuicio de los pobres, siguen transitando aquel camino recorrido que le costara la vida.
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