Los funcionarios de la Defensa, que hablaron bajo condición de anonimato para revelar una decisión que no ha sido anunciada oficialmente por el Pentágono, dijeron que los soldados son de la 82da División Aerotransportada, con sede en Fort Bagg, Carolina del Norte.
Son adicionales a los 700 elementos de la misma división que fueron desplegados a Kuwait hace unos días luego de incidentes en el complejo de la embajada de Estados Unidos en Bagdad por parte de milicianos respaldados por Irán y sus simpatizantes.
La noticia de los refuerzos se dio a conocer mientras Trump ofrecía sus primeros comentarios sobre el ataque, declarando que ordenó la ejecución del general iraní porque él “planeaba matar” a muchos estadounidenses.
En sus primeros comentarios desde el ataque del viernes en la mañana contra el jefe de la Fuerza Quds de Irán, Trump dijo que Soleimani también era responsable de asesinar y herir a “miles” de estadounidenses y muchos más en la región.
“Debió haber sido aniquilado hace muchos años”, tuiteó Trump desde su club privado en Palm Beach, Florida, en donde pasa las vacaciones.
El ataque intensificó la tensión entre Washington e Irán. Teherán juró con emprender “fuertes represalias” por la muerte de su alto líder militar. Ambas naciones se han enfrentado cada vez más desde que Trump se retiró del pacto nuclear en 2015 e impuso sanciones devastadoras a Teherán.
Estados Unidos exhortó a sus ciudadanos a salir de Irak “inmediatamente”, al aumentar los temores de que el ataque y cualquier represalia de Irán puedan desatar un conflicto internacional en la región.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, defendió el ataque como “totalmente legal” y dijo que Soleimani representaba una amenaza “inminente” contra Estados Unidos y sus intereses en la región.
“Había un ataque inminente”, dijo Pompeo en una entrevista al programa de televisión “Fox & Friends”. “El orquestador, el principal motivador del ataque, era Qassem Soleimani”, aseguró.
Trump optó por no jugar una ronda de golf el viernes y no se esperaba que se le viera públicamente hasta que viajara a Miami para un evento en la tarde de su campaña para la reelección.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, advirtió el jueves que la “máxima prioridad” era proteger las vidas y los intereses estadounidenses, pero “no podemos poner en riesgo las vidas de soldados, diplomáticos y otros estadounidenses por realizar acciones provocadoras y desproporcionadas”. El Congreso no fue consultado sobre la operación, añadió, exigiendo que se informe “de inmediato” sobre la situación y los próximos pasos.
Los aliados de Trump, por su parte, se apresuraron para elogiar la acción. “Al gobierno iraní: Si quieren más, tendrán más”, tuiteó Lindsey Graham, senadora republicana por Carolina del Sur.
of-am
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