Por Mauricio Toribio
En nuestras escuelas, siempre nos
han enseñado que el 12 de
octubre se celebra el día de la raza, porque según algunos historiadores, ese día,
del año 1492 llegaron los españoles a tierras americanas y comenzó la mezcla
entre blancos e indios.
Pero mi percepción es otra y paso
a explicar mis razones para que nos entendamos mejor y así, los encargados de
educar a nuestros hijos, en esa fecha, no los sigan vistiendo de indígenas,
para celebrar uno de los episodios más crueles y salvajes de la historia
mundial.
Haciendo un poco de historia en
medio de un juicio de valor reflexivo, a la llegada de los colonizadores a la
República Dominicana y Haití, a la sazón, la
Hispaniola como la bautizaron, estaba habitada por unos 100 mil aborígenes, que
se paseaban libremente por los cinco cacicazgos, haciendo trueques
alimenticios.
Esta paz, tranquilidad y armonía
en que vivían nuestros nativos, una vez llegado los españoles, se convirtió en
un puro infierno, en una terrible pesadilla de las que no pudieron despertar
nunca más, a tal punto que, en tan solo unas pocas décadas, esta población fue
reducida a cero. Solo unos pocos,
encabezado por Enriquillo, lograron salvarse, pero con el infortunio que la
cantidad de sobrevivientes a esta masacre inhumana de indígenas fue tan mínima,
que lograron aumentar la población, muriendo aislados y prácticamente en el
anonimato.
El exterminio por parte de los
colonizadores fue brutal, salvaje. Las
mujeres fueron violadas, los niños fueron lanzados al aire y ensartados en
lanzas como animales para barbacoa en fuego.
Los hombres fueron cruelmente sometidos a trabajos forzosos, hasta el
punto de dejar sus vidas en esos lugares, entre otras calamidades que todos
conocen.
Lo que sucedió en la Hispaniola,
hoy la isla compartida entre la República
Dominicana y Haití, sucedió casi en toda la América recién descubierta por los
europeos, con la salvedad, que, en tierras selváticas y extensos territorios
como Brasil, México entre otros, muchos pudieron esconderse y salvar sus vidas,
cosa que no ocurrió en las Antillas mayores, donde pertenecemos, ya que somos
territorios pequeños y no poseemos lugares donde escondernos por estar rodeados
de mar.
Si lo vemos de este modo, mi
pregunta seria, ¿debemos los dominicanos celebrar el día 12 de octubre, como el
día de la raza o conmemorar el 12 de octubre como el día del exterminio de la
raza aborigen?
Entiendo que debemos hacer
justicia, contando la verdad de lo sucedido y dejar el lambonismo histórico de
querer tapar el sol con un dedo, al querer vender solo un lado de una historia
incompleta, por beneficiar, por decirlo de algún modo, a alguna nación.
Los niños dominicanos deben saber
la verdad, dejemos que sean ellos quienes decidan, si celebrar o conmemorar una
fecha tan cruel y sanguinaria de nuestra historia.
La pregunta está en aire, la
repuesta las tienen ustedes amigos lectores, amigos de la Asociación Dominicana
de Profesores (ADP), amigos historiadores y, sobre todo, al Ministerio de
Educación de la República Dominicana
(MINERD) y por último, a la clase estudiantil.
Nota: hay otras fechas que
debemos analizar con el mismo lente reflexivo
No hay comentarios:
Publicar un comentario