jueves, 8 de mayo de 2014

Carta a mi Padre



Por Carlos Amarante García

Querido Padre, en esta ocasión he decidido escribirle a usted, pues siento oportuna la ocasión. Quiero primero darle las gracias por la manera en la que nos ha educado, a sus hijos, siempre enfocado en los valores de humildad, sinceridad y respeto a los demás.
Hasta el momento creo que hemos aprendido bien las lecciones enseñadas por usted. No obstante, el fin de esta carta no es para hablarle sobre eso, sino para hablarle de unos cambios que he percibido en la educación dominicana desde su llegada al Ministerio de Educación y que sin temor a equivocarme la mayoría de los dominicanos están conscientes de dichos cambios.
Recuerdo muy bien el día en que el señor presidente Danilo Medina lo designaba como ministro de educación; Estábamos en Moca que como de costumbre visitamos casi todos los fines de semanas.

Usted tenía una sonrisa en el rostro por la confianza que depositó el presidente en su persona, pues estaba claro de la gran tarea que se le había asignado. Ese viernes nos reunimos en la casa y compartimos ese momento el cual era importante para usted y por ende para nosotros, su familia.
Al día siguiente, al levantarme lo primero que veo es a usted sentado en la mesa con su computadora leyendo y buscando información sobre todas las leyes educativas y políticas implementadas en la educación de nuestro país. Lo pude ver bien motivado y ansioso por hacer las cosas bien, por querer hacerlo como nunca se ha hecho en materia educativa en la República Dominicana.
A casi un año de su designación podemos ver el cambio de rumbo que ha recibido dicho ministerio. En tan poco tiempo usted cuenta con una lista de logros que han sido posibles gracias a la política que el gobierno de Danilo Medina ejecuta.
A continuación enumeraré algunos de ellos:
Firma del Pacto Educativo.
Programa "Quisqueya aprende contigo".
Ejecución de la Tanda Extendida.
Aumento de salarios a los maestros.
Contribución de 300 millones en el seguro médico de los maestros.
Aumento de las pensiones a los maestro a un mínimo de 15,000 pesos.
Construcción de nuevas aulas en toda la geografía nacional.
Apoyo a las asociación de padres, madres y amigos de la escuela.
Reforzamiento de la Policía Escolar.
Tramitación de 100,000 actas de nacimientos a estudiantes.
Capacitación del personal docente para aumentar la calidad de la educación.
Alimentación de calidad en las escuelas.
Esta más que claro que usted está bien enfocado en dar el 100% por la educación de nuestro país. Como no recordar cuando le pregunte minutos antes de irme a dormir, que si no le molestaba la parte de trabajar hasta tan tarde en la noche, dificultando un poco el tiempo para verlo en la casa, a lo cual usted respondió, cito: “hijo mío, para mí es un honor trabajar por la educación de millones de niños de todo el país, esto lo hago con amor, como si fuera trabajando para la educación de ustedes que son mis hijos”.
Antes de despedirme, quiero recordarle que siempre habrá personas inconformes, personas que el mérito ajeno les perturba, personas que buscarán siempre una manera para tratar de dañar o empañar su imagen, personas que tratarán de tapar el sol con un dedo.
En fin, siempre recuerde el dicho popular que dice: “el árbol que da buenos frutos, es al que le tiran piedras”. Manos a la obra y siga encaminando la revolución educativa que nuestro presidente Danilo Medina puso en sus hombros, porque estoy seguro que al final de la jornada el pueblo dominicano sabrá reconocer el empeño y esfuerzo que usted está haciendo en tan importante ministerio.

Se despide con mucha admiración,


Su querido hijo!

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