
Por
Carlos Amarante García
Querido
Padre, en esta ocasión he decidido escribirle a usted, pues siento oportuna la
ocasión. Quiero primero darle las gracias por la manera en la que nos ha
educado, a sus hijos, siempre enfocado en los valores de humildad, sinceridad y
respeto a los demás.
Hasta
el momento creo que hemos aprendido bien las lecciones enseñadas por usted. No
obstante, el fin de esta carta no es para hablarle sobre eso, sino para
hablarle de unos cambios que he percibido en la educación dominicana desde su
llegada al Ministerio de Educación y que sin temor a equivocarme la mayoría de
los dominicanos están conscientes de dichos cambios.
Recuerdo
muy bien el día en que el señor presidente Danilo Medina lo designaba como
ministro de educación; Estábamos en Moca que como de costumbre visitamos casi
todos los fines de semanas.
Usted
tenía una sonrisa en el rostro por la confianza que depositó el presidente en
su persona, pues estaba claro de la gran tarea que se le había asignado. Ese
viernes nos reunimos en la casa y compartimos ese momento el cual era
importante para usted y por ende para nosotros, su familia.
Al
día siguiente, al levantarme lo primero que veo es a usted sentado en la mesa
con su computadora leyendo y buscando información sobre todas las leyes
educativas y políticas implementadas en la educación de nuestro país. Lo pude
ver bien motivado y ansioso por hacer las cosas bien, por querer hacerlo como
nunca se ha hecho en materia educativa en la República Dominicana.
A casi un
año de su designación podemos ver el cambio de rumbo que ha recibido dicho
ministerio. En tan poco tiempo usted cuenta con una lista de logros que han
sido posibles gracias a la política que el gobierno de Danilo Medina ejecuta.
A
continuación enumeraré algunos de ellos:
Firma del
Pacto Educativo.
Programa
"Quisqueya aprende contigo".
Ejecución
de la Tanda Extendida.
Aumento
de salarios a los maestros.
Contribución
de 300 millones en el seguro médico de los maestros.
Aumento
de las pensiones a los maestro a un mínimo de 15,000 pesos.
Construcción
de nuevas aulas en toda la geografía nacional.
Apoyo a
las asociación de padres, madres y amigos de la escuela.
Reforzamiento
de la Policía Escolar.
Tramitación
de 100,000 actas de nacimientos a estudiantes.
Capacitación
del personal docente para aumentar la calidad de la educación.
Alimentación
de calidad en las escuelas.
Esta más
que claro que usted está bien enfocado en dar el 100% por la educación de
nuestro país. Como no recordar cuando le pregunte minutos antes de irme a
dormir, que si no le molestaba la parte de trabajar hasta tan tarde en la
noche, dificultando un poco el tiempo para verlo en la casa, a lo cual usted
respondió, cito: “hijo mío, para mí es un honor trabajar por la educación de
millones de niños de todo el país, esto lo hago con amor, como si fuera
trabajando para la educación de ustedes que son mis hijos”.
Antes de
despedirme, quiero recordarle que siempre habrá personas inconformes, personas
que el mérito ajeno les perturba, personas que buscarán siempre una manera para
tratar de dañar o empañar su imagen, personas que tratarán de tapar el sol con
un dedo.
En
fin, siempre recuerde el dicho popular que dice: “el árbol que da buenos
frutos, es al que le tiran piedras”. Manos a la obra y siga encaminando la
revolución educativa que nuestro presidente Danilo Medina puso en sus hombros,
porque estoy seguro que al final de la jornada el pueblo dominicano sabrá
reconocer el empeño y esfuerzo que usted está haciendo en tan importante
ministerio.
Se
despide con mucha admiración,
Su
querido hijo!
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