Los internos denuncian con frecuencia que son castigados injustamente por las autoridades del penal, usando métodos abominables que ponen en peligro la vida de los presos.
Los familiares de los presos visitan con regularidad los medios de comunicación para denunciar los vejámenes de que son objetos sus familiares, introducidos a una celda de castigo, la que denominan la “caja”, donde tienen que permanecer de pie por su estrechez.
Los internos del Centro de Corrección y Rehabilitación de La Isleta aseguran que la comida que reciben es de muy mala calidad.
Expresan que la Procuraduría General de la República conoce que los alimentos que injieren son de mala calidad.
También denunciaron que un supuesto patronato que funciona con el interés de mejorar las condiciones de vida de los internos conocen de estas graves anomalías, pero se hacen indiferentes.
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