domingo, 29 de junio de 2014

Revolución educativa: un proyecto de vida para un mejor país




Por: Profesor Octavio García

Para los que asumen la vida con una filosofía de placer y confort o más bien, de bienestar particular en lo que se refiere a la calidad de vida personal o familiar, entienden que la migración pura y simple es el mejor camino, viviendo muchas veces en un mundo social desconocido por lo ya antes expuesto, actuando como glándulas parasitarias para vivir con el menor esfuerzo de lo que da el sistema.
Países como Estados Unidos, España, Italia y Francia, por solo mencionar algunos de los más desarrollados económicamente, que durante décadas se han convertido en el foco de atención para todos aquellos que buscan una mejor calidad de vida, han sido envestidos en travesías internas y continentales que desde América, Europa, Asia, África y Oceanía, se han cruzado de un lado a otro en busca del éxito económica que allí se respira.

Muchos de estos migrantes no terminan conociendo las estructuras sociales y culturales de todos esos países, razones valederas existen, son máquinas generadoras de recursos para sus subsistencias, que en cierta medida lo convierten en ente de consumo.   En tanto que otros, no solo emigran para producir un cambio en su modus vivendi sino que van mas allá y se convierten en analistas confesos de las realidades políticas, culturales y económicas de estos países objetos de inmigración.
En el caso de países como los Estados Unidos, en donde las personas se desvanecen por las altas modas, finas fragancias, gastronomía variada que de alguna forma le hacen ver un mundo de glamur y de paraíso afrodisiaco que no permite ver la otra cara de la moneda, la más promiscua.
La alta tecnología, grandes creaciones científicas, un sistema económico de grandes producciones, con una presencia amplia de la plusvalía y las dádivas propio del sistema y la indiferencia personal que subyace en mucho de sus habitantes, permeando la pobreza espiritual que lo mantiene sumergido en un alto consumo de estupefacientes, desamparo, falta de higiene, delincuencia, creaciones de grupos vandálicos y un número considerable de embarazos en adolescentes. 
En tal virtud, me viene una pregunta.  Si en esta poderosa nación norteamericana no existiera un sistema de tanda extendida, con todo lo que implica: alimentación variada, salud, recreación, actividades deportivas, transportación entre otros, qué pasaría en ese país donde los niños y niñas están expuestos a todos los peligros, a un altísimo grado de ventas y consumo sustancias prohibidas, criminalidad y otros males sociales, aun saliendo a la 4:00pm, llevándolos directamente a sus respectivos hogares, incidiendo en ellos muchos controles de instituciones gubernamentales que se dedican a dar seguimiento a esos jóvenes, podríamos nosotros comparar la realidad nuestra con el gigante de América, en función con la realidad que está pasando con relación a nuestros hijos.
Consideramos interesante y oportuna el compromiso hecho por nuestro presidente, licenciado Danilo Medina y por el ministro de educación, licenciado Carlos Amarante Baret, de asumir el sistema de tanda extendida para aliviar y erradicar las posibilidades de riesgos para nuestros niños, niñas y adolescentes.
Como protagonista de esta historia nueva para los dominicanos y dominicanas, estoy seguro que en la medida de lo posible, permitiremos contribuir a un proceso de paz, la inyección de valores, menos riesgos de embarazos, un saneamiento de los entornos escolares, ciudades y comunidades seguras, una mayor presencia de los padres, madres y tutores en los centros educativos, así como de una gerencia más eficaz por parte de los directores y directoras, que conducirán a responder a la demanda que hacen los nuevos tiempos.
Romperíamos con estas acciones, con los sueños quiméricos de la educación ideal para convertirla en real en nuestros centros, tanto públicos como privados. La nueva escuela con todos sus componentes, harán renacer los nuevos jóvenes y adultos de unos tiempos nuevos, preñados de visiones y misiones que se necesitan en toda sociedad en desarrollo.
Esta es una tierra que parió grandes hombres y mujeres, diseminados en todos los aspectos de nuestra sociedad como son: artistas, políticos, intelectuales, empresarios, profesionales y otras áreas del saber, que han influidos de manera positiva, pero que quizás no tuvieron el respaldo necesario para que su influencia gravite mas allá de su tiempo, pero que con seguridad me atrevo a pronosticar, que con esta revolución educativa, los grandes hombres y mujeres de hoy, si encontraran el espacio, el tiempo y el respaldo para eternizar sus legados.
Queremos recalcar que esto es un proceso indetenible y que será sostenible en el tiempo como lo demanda nuestra sociedad, bajo un liderazgo carismático, serio y responsable como lo encaran los licenciados, Danilo Medina, presidente de la república, el ministro de educación, Carlos Amarante Baret y nuestro director de Participación Comunitaria, Bienvenido Flores.
Todos juntos diremos ¨manos a la obra¨.

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