A mediado
de los años 80 inicié como pude mis estudios superiores en una de las
universidades que para la fecha, ofrecía sus servicios académicos de alto nivel
en este municipio de Moca.
Estudiantes
de ambos géneros y por consiguiente con intereses e ideales distintos, nos
permitieron establecer ciertos tipos de relaciones y lazos de amistad, pero
sobre todo, medir a temprana edad, sin ser profetas, el futuro que cada quien
iba a tener, por las expresiones y sentido de orientación que cada quien
expresaba.
A la
sazón, nos dimos cuenta de los que sería emprendedores, porque desde ese
entonces, tenían una visión clara de hacia dónde querían llegar. Muchos
de ellos concibieron un proyecto pequeño en su mente, que en el transcurrir de
los tiempos se fueron agigantando, cultivando a través de la fe, la
consistencia y la perseverancia, un eminente resultado, para ellos como para
nuestra sociedad.
Uno
de esos proyectos fue el de una joven que para esos difíciles años, también se
iniciaba en los estudios superiores, pero que quizás por compromisos familiares
y de su negocio, la hizo apartarse de los estudios y comenzar a correr por el
mundo de la inversión como es el caso de la Cafetería Lidia, reconocida hoy a
nivel nacional e internacional por su exquisito servicio en cuanto a la
elaboración de sándwiches y por las diferentes bebidas naturales que allí se
sirven.
Es una
parada obligatoria para todo mocano que está en el exterior, que al llegar al
país, siente la necesidad de ir a degustar de sus cálidos servicios,
convirtiéndola hoy por hoy, en el lugar donde confluyen todo tipo de clases
sociales en una mezcla de sectores, que degustan en un confluir de ideas y
análisis de distintos pareceres, en lo que pareciera ser, la escuela de la
diversidad de ideas y opiniones.
Políticos,
clase media, alta, dirigentes comunitarios, religiosos entre otros, ponen de
manifiesto su capacidad intelectual, en un sano ambiente de hermandad y
de interacción.
Moca se
ha caracterizado en estos tiempos por no brindarle a sus habitantes una opción
de recreación y además donde la familia pueda compartir como tal y es allí
donde realmente vemos la presencia de padres, madres e hijos, todos juntos
disfrutando de un mismo espacio, sin el temor de la presencia de la violencia
ni el entorpecimiento de su convivencia privada.
No solo
se presta para el consumo de alimento, sino que es reconocida además por un
alto servicio de calidad en lo que tiene que ver con las bebidas de
entretenimiento, en la que se incluye cervezas bien fría, vinos y whisky, que
hacen del espacio agradable para aquellos que la visitan.
Este al
igual que otras entidades, cual si fuera marca país, aunque sean con fines de
lucro, es un lugar a preservar, es un lugar a emular a fin de presentarles
opciones sana a nuestras gentes, sin que sientan el miedo de que al salir
puedan ser violentadas su integridad.
Ella cabe
en el grupo de los emprendedores exitosos que tenemos, no solo una imagen, sino
un nombre etiquetado en el sentimiento de todos los habitantes de nuestro
pueblo y aquellos que de manera ocasional visitan nuestra ciudad.
Queda claro que el éxito no es el producto de una improvisación, sino de
una constante en la búsqueda del objetivo, que conlleva una organización y una
metodología para lograr lo deseado. Ella ha sido una mujer de éxito, ella
representa una marca que idéntica a todos los mocanos, ella es: ¨Cafetería
Lidia¨, una marca mocana que identifica el país
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